No pudo sumar el Granada en su regreso a la competición después del parón internacional. Los fallos defensivos lastraron a los rojiblancos, que fueron a remolque durante toda la segunda parte. Óscar Plano y Marcos André dieron alas a un Real Valladolid que se creció conforme fueron cayendo los goles. Domingos Duarte dio esperanza a los suyos, pero cuando el partido moría apareció un joven Jota para estrenarse como goleador en Primera y terminar de noquear a los de Diego Martínez.
Este Granada no entiende de pandemia aunque haya sido perjudicado severamente por el virus y por las decisiones de los mandamases. Con el recuerdo de Anoeta aún muy presente, los rojiblancos regresaban a la acción en Liga ante un Real Valladolid hambriento de puntos pero con la ilusión al alza tras vencer al Athletic. Ya sí, con Diego Martínez en el banquillo tras superar el coronavirus, el Granada saltó al césped de Los Cármenes con un once reconocible. Destacó la titularidad de Fede Vico, el jugador nazarí que menos ha entrado en la rotación este curso a pesar de solamente poder disputar el trofeo doméstico.
Pegado a la banda pero con libertad para venir al centro, el cordobés iba a ser el enganche entre la sala de máquinas nazarí, comandada como siempre por Ángel Montoro y con un gran seguro como el excelso Gonalons, y Jorge Molina, referencia arriba para buscar por largo cuando en corto se complicase la cosa. Era el plan de Diego Martínez, pero el cuadro pucelano no lo iba a poner fácil. De hecho, comenzó el choque perdonando. Óscar Plano desaprovechó un gran envío de Guardiola y no fusiló en la primera jugada a Rui Silva, vendido atrás tras el fallo de marca de Foulquier que dejó al extremo completamente solo para el remate.
El balón salió bastante desviado del palo derecho del guardameta ante la llegada de los zagueros que habían quedado muy adelantados. ¿Qué decir del omnipresente Sergi Guardiola? Ex rojiblanco, siempre con ganas de reivindicarse ante el club que le cerró las puertas del primer equipo tras recogerlo de su traumática salida del Barcelona. El ‘7’ blanquivioleta fue un dolor de muelas para la defensa local durante todo el encuentro, protagonista de las pesadillas que vivirá Foulquier estos días en su reunión con la almohada. Sin embargo, el Granada no se amilanó y buscó siempre el dominio en el centro del campo para después abrir a los flancos y buscar la meta contraria.
Sergi Guardiola y su reivindicación constante
En la primera parte la batalla estuvo precisamente en el medio. El Valladolid le hablaba de tú a tú al Granada mediante su doble pivote compuesto por Alcaraz y San Emeterio, que sostuvieron a los de Sergio en todo momento. Además, las zagas se encargaban de secar a los delanteros. Sobre todo, a Jorge Molina, que no logró sacar petróleo en ninguna acción y acabó siendo sustituido en la segunda parte por Roberto Soldado, y es que al Granada lo obligaron a remar. En la última jugada del primer tiempo, Guardiola se endiabló de nuevo ante Foulquier pegado a la línea de fondo y sacó un centró que encontró a Plano en el primer palo. El atacante cabeceó y estrenó la red de Rui Silva ante la mirada de Germán, que quedó retratado en la jugada.
El mismo Germán había perdonado el 1-0 minutos antes. El de San Fernando tocó como pudo un envío de Montoro en un libre directo, pero no pudo dirigir el remate y el balón se marchó muy cerca del palo defendido por Masip. Fuere como fuere, el colista de Primera se había adelantado en Los Cármenes al borde del descanso y trataría de quedarse con los tres puntos de cara al final del encuentro. Tras la reanudación, los rojiblancos salieron con una marcha más en busca de las tablas.
Luis Milla avisó al cancerbero pucelano con algún que otro disparo desde lejos, pero el cuadro de Sergio parecía tenerlo todo bajo control. Por ello, Diego Martínez preparó un doble cambio que se convirtió en triple después de que el Valladolid asestara un nuevo golpe. Esta vez fue Marcos André el que, tras recibir de Plano en la frontal, acabó ampliando la renta. El brasileño encaró a Duarte, le convenció de que saldría por dentro para después salir por fuera y alojó la pelota en la meta de Rui Silva. El disparo golpeó en las manos del luso y en el poste antes de entrar, pero el destino estaba escrito. Era la segunda vez que el Granada dejaba espacios atrás. Suficiente para que los blanquivioletas hallaran oro puro.
Reanimación y golpe de gracia
Restaban alrededor de 40 minutos y el choque se les ponía muy de cara a los visitantes. Soldado, Herrera y Suárez ingresaron al campo para revitalizar a unos rojiblancos que notaron el mazazo del segundo tanto. El Valladolid se crecía por momentos, aunque no en ataque, pues el trabajo estaba hecho. Tan solo faltaba aguantar y achicar todo el agua posible para evitar un naufragio como el del año pasado.
Aunque en esta ocasión Carlos Fernández no se encontraba alineable, el milagro de la remontada estuvo más cerca cuando Domingos Duarte recortó distancias apenas diez minutos después del tanto de André. El central portugués remachó a gol en el área pequeña un balón servido por Machis desde la esquina y prolongado por Foulquier. Soñaba el Granada, pero Sergio se empeñó en transformarse en el Freddy Krueger de los nazaríes. Dio entrada a Janko y Javi Sánchez para fortalecer las dos líneas que acabarían defendiendo los envites rojiblancos. También se incorporaron Toni Villa y Jota, verdugo a la postre.
No se puede decir que los locales no lo intentaron. Por activa, por pasiva, por tierra y por aire, pero no hubo manera. Joaquín y Bruno se erigían como los centinelas siempre atentos del Valladolid, que consiguió desquiciar al Granada en campo propio y ajeno. Suárez lo intentó desde lejos, pero respondió bien seguro Masip. También le llegó la oportunidad a Soldado a la media vuelta, pero el chut no cogió mordiente. Pasaban los minutos y el Granada seguía erre que erre, con más corazón que acierto y dejando espacios atrás. Quizá demasiados.
Al borde del añadido, Jota dio la puntilla a los rojiblancos tras forzar una terrible pérdida de Luis Milla y batir por bajo a Rui Silva, que poco pudo hacer en ninguno de los tres tantos. El extremo portugués de 21 años cedido por el Benfica anotó su primer tanto con la elástica blanquivioleta y hundió al Granada, víctima de sus propios errores, impropios de un equipo que ha malacostumbrado a sus fieles a la utopía de la matrícula de honor.
El Valladolid sale momentáneamente del descenso y encadena dos victorias consecutivas con las que Sergio empieza a eludir la soga del despido. El Granada dio una nueva entrega del carácter que nunca le falta, pero cometió los fallos habituales del que se lo puede permitir asentado desde la zona alta y cómoda de la tabla. Quizá sea esa condición la que haga concebir la derrota como un mero tropiezo en el camino del éxito.
FICHA TÉCNICA
GRANADA CF: Rui Silva; Dimitri Foulquier, Germán, Domingos Duarte, Carlos Neva; Max Gonalons (Yangel Herrera, min. 53), Luis Milla, Ángel Montoro (Alberto Soro, min. 79); Darwin Machis, Fede Vico (Luis Suárez, min. 53), Jorge Molina (Roberto Soldado, min. 53).
REAL VALLADOLID: Jordi Masip; Pablo Hervías (Javi Sánchez, min. 76), Joaquín, Bruno, Nacho; Rubén Alcaraz, Fede San Emeterio (Toni Villa, min. 76), Óscar Plano (Jota, min. 76), Fabián Orellana (Janko, min. 67); Sergi Guardiola, Marcos André.
MARCADOR: 0-1 Óscar Plano (min. 45’+2); 0-2 Marcos André (min. 53); 1-2 Domingos Duarte (min. 63); 1-3 Jota (min. 89).
ÁRBITRO: Medié Jiménez (colegio catalán). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Max Gonalons, Carlos Neva, Montoro y Luis Suárez. Por parte de los visitantes, amonestó con tarjeta amarilla a Fede San Emeterio, Janko y Jota.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la décima jornada de Liga Santander, celebrado en el estadio de Los Cármenes a puerta cerrada debido a la pandemia del COVID19.
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