25 de noviembre de 2024

Gerardo Aranda: «Tenemos la suerte de que en la Vega de Granada se puede sembrar de todo»

Foto: Comunidad de Regantes de Granada

La actualidad del campo no es la idónea. Los bajos precios a la hora de poder vender los productos, los altos precios a la hora de producirlos y el cambio climático actual hace que cada vez sea más difícil ganarse la vida con los cultivos. Siendo estos necesarios, las ayudas tampoco son las óptimas y las condiciones que se le ofrecen a los agricultores hacen que cada vez haya menos gente que se dedique a ello. 

Para saber como se encuentra de primera mano la agricultura y el campo granadino, charlamos con Gerardo Aranda Taboada, presidente de la Comunidad de Regantes de la Acequia Gorda y agricultor en la Vega de Granada. También, hemos podido descubrir como trabajan en su día a día a la hora de comercializar tanto en España como en Europa.

Vega de Granada

La Vega de Granada ha sido el motor económico que ha propiciado los asentamientos humanos, tanto en la capital como en los pueblos de su periferia. La riqueza de sus suelos y la abundancia de agua han permitido todo tipo de cultivos. Lamentablemente los equilibrios agrícolas tradicionales se han ido reconvirtiendo en función de intereses comerciales que nada han tenido que ver con el desarrollo sostenible de la comarca. De alguna manera, en los últimos doscientos años se ha venido a terminar con un patrimonio biológico y cultural que había perdurado a través de los siglos. Construcciones irracionales y masivas han invadido los espacios agrícolas y ganaderos.

Podríamos citar como ejemplo la desaforada edificación de urbanizaciones de condominios horizontales con viviendas adosadas individuales de dos/tres plantas, ya sean alineadas o en racimo que generalmente repiten, de forma monótona, la misma planta y fachada. No responden a ningún patrón programado de crecimiento urbanístico, sino que se rige por  la más agresiva especulación administrativa de los terrenos. Para conservar lo que todavía pudiera resultar recuperable sería necesario un esfuerzo por establecer criterios unificados de urbanismo coordinados por un estamento intercomarcal como la Junta de Andalucía.

– ¿Qué sembráis?

– Tenemos la suerte de que Granada tiene una vega muy rica en la que se puede sembrar de todo. Desde ajos, alfalfa, frutales, cebollas, patatas, chopos, hortalizas… De todo. Cabe destacar que ahora mismo no es rentable plantar hortalizas. Básicamente por la competencia. Murcia y Almería tienen el control de ese sector. La cantidad de invernaderos que tienen son claves para el desarrollo de esos cultivos. Ellos tienen la capacidad de sacar 3 producciones al año mientras que aquí en Granada si sacamos una nos damos con un canto en los dientes. Ahora mismo se cultiva para consumo propio. 

– Poco a poco, la Vega de Granada va desapareciendo. Se la están comiendo. 

– La Vega, desde que se hizo la autovía y las carreteras se la están comiendo. Ahora van a ampliar la carretera de Córdoba y eso provoca que destrocen otra zona de la vega. No podemos hacer nada, pero eso provoca que el regadío disminuya. 

– Supongo, que antes la vega agrupaba la gran mayoría de los cultivos de Granada. Ahora, viendo que cada vez es más pequeña por la creación y ampliación de infraestructuras como las carreteras. ¿Se llevan esos cultivos a otros lugares de la provincia o directamente desaparecen?

– Lo que no se produce en la vega se produce en otros sitios. Antes el regadío únicamente existía en la propia vega de Granada, Murcia y Valencia, puede ser que también en Aranjuez, Navarra y Tudela, zonas más aisladas. Pero ahora mismo con el regadío por aspersión ya se produce en todos lados. Sevilla produce una gran capacidad de cosechas gracias a todo el agua que le llega de los ríos, en especial del Guadalquivir. Tienes que tener en cuenta que eso era secano, por eso han ampliado su capacidad. No es que baje la producción, lo único es que la vega es un vestigio del pasado. 

– ¿Entonces por qué no es tan rentable nuestra vega?

– Eso sucede porque depende mucho del clima. Aquí no podemos cultivar maíz o patatas antes de que el clima no indique que no vayan a caer lluvias, más o menos hasta abril o marzo. Mientras tanto, en Sevilla ya nos llevan un mes de ventaja. Cuando aquí salen las patatas, allí ya las han vendido. Nosotros vamos a remolque.Eso provoca que vayamos con peores precios y, por consiguiente, afecte a los agricultores. 

– El calor también tiene que ser un factor clave. 

– Efectivamente, aquí en Granada nos pilla más calor que allí. Es lo que te digo, el clima es un handicap que condiciona. El año pasado perdimos un 30/40% de la producción por culpa de aquellos calores veraniegos que tuvimos en finales de abril y principios de mayo. 

Comunidad-de-Regantes-de-Granada
Foto: Comunidad de Regantes de Granada

– ¿Qué cultivo tienes ahora?

– Estoy más pegado al espárrago. A finales de marzo empieza, cuando en Antequera y Sevilla lleva un mes. 

– Perdona que te interrumpa, pero no es lo mismo un espárrago de Granada que uno de Sevilla (se rie)

– Claro, no hay ni punto de comparación. (se rie) Eso también es debido a que nuestra tierra de cultivo es mucho más rica que la suya. 

Situación del tabaco

Pocas sabrán que en Granada había una época donde el tabaco era una de las plantaciones que más se vendían en la provincia. Gerardo Aranda, aparte del resto de cultivos anteriormente comentados, es una de los agricultores que tienen cultivos de esta plantación. Hablamos sobre cómo le va y la comercialización del tabaco.

– ¿Tienes pensado seguir plantando tabaco de cara a un futuro?

– Por ahora no voy a sembrar más. La comercialización está muy difícil. Precisamente, hace poco me llamaron para que volviera a sembrar y hacerme un contrato para una empresa del exterior. Tengo todas las instalaciones, pero lo peor del tabaco es que tiene mucha mano de obra y trabajo. No merece la pena. 

– Esto, supongo, que también tendrá que ver con los impuestos que subieron desde el Gobierno al tabaco.

– Cetarsa, empresa estatal, te compra el tabaco. Antes, una de sus fábricas se encontraba en Granada y aquí trasformaban el tabaco. Decidieron cambiar la sede y la trasladaron a Extremadura. Por ello, ahora teníamos que mandarlo a Cáceres para su transformación y empezaron a bajarnos el precio porque el transporte del tabaco vale mucho. Un camión de tabaco lleva muy poco peso. Un camión puede llevar 25.000kg, pero de tabaco únicamente 12.000kg, por tanto el precio por kilo es muy elevado para nosotros. A su vez, empezaron a disminuirnos el precio y decidimos no vendérselo a la empresa estatal.

– ¿Qué decidisteis hacer entonces?

– Nosotros tenemos una asociación agraria de transformación donde somos 300 socios, aunque en nuestra mejor época llegamos a agrupar a 1000 socios, y yo estaba metido en la directiva de la asociación. Buscamos una empresa búlgara que tenía mucho interés en nuestro tabaco. Tanto era el interés, que hemos estado 5 años con ellos y hemos sabido funcionar muy bien. 

– Al ser un país extranjero, ¿no os han puesto ninguna traba a la hora de exportarlo?

– Con Bulgaria, al estar en la comunidad europea, no hemos tenido ningún inconveniente a la hora de transportarlo allí. La empresa pagaba el transporte y eso nos ayudaba mucho. Ellos tenían 3 fábricas repartidas por Ucrania, Turquía y Bulgaria. 

– ¿Hay mucha diferencia entre el tabaco español y el que se produce en otros países?

– El tabaco de Europa del Este es muy flojo, en cambio, el tabaco español es más recio. Querían el que producimos aquí para mezclarlo con el suyo. 

– Si había tanta demanda extranjera, ¿Qué pasó?

– Llegó el covid y como tantas cosas lo echó todo a perder. Quitaron el tratado que había vigente y paraban a todos los camiones en las fronteras. El tabaco es muy frágil y eso hacía que cuando lo descargas se deshaga. En nuestro caso, eso provocaba que llegara únicamente la mitad de la carga a Bulgaria. Entonces el dueño nos dijo que nos esperásemos a que pasara el covid, que a priori iban a ser solo 15 días, para evaluar la situación. En resumen, he tenido 2 años el tabaco en mi casa. 

– ¿El tabaco aguanta tanto tiempo?

– Si. Menos mal que el tabaco aguanta. Si no tiene mucha agua, el peso de la cosecha disminuye. En nuestro caso, menos mal que hemos podido buscar una salida y lo hemos vendido. 

– ¿De cuanto tiempo hablamos desde que se planta hasta que se recoge?

– Estamos hablando de un año entero. A finales de enero empieza más o menos la siembra de la semilla. Luego, en abril, debemos trasplantarlo en la finca. Todo el año hasta que llegas a final de agosto, que es cuando se siega y se lleva al secadero. Tienes que dejarlo secar. En noviembre, lo deshojas, lo clasificas, lo vendes… Te da el mes de marzo. Como ves, una inversión de un año y poco. 

– ¿Existen ayudas por parte del Gobierno?

– Ya no, antes sí teníamos pero decidieron que ya no. 

Entonces, el tabaco habéis decidido dejarlo de lado. 

– Las casualidades de la vida (se rie). Ayer me llamó una empresa que quiere contratar de nuevo tabaco en España. Las condiciones son buenas, un precio razonable pero no sé si fiarme o no (vuelve a reírse)

– ¿Y eso?

– No sé si fiarme porque este que te digo ya estaba contratado. Al final no pudimos hacer nada. Intentamos denunciarlo en la Comisión Europea, pero nos dijeron que nos costaría más meter abogados en Bruselas que lo que podríamos ganar. Mira que tengo la maquinaría y las instalaciones, pero no. 

– Ya que no queréis continuar con la plantación del tabaco, ¿no te planteas vender la maquinaria y las instalaciones?

– La maquinaría la llevaré a la chatarra. Con respecto a los secadores, los que son de obra y veré si puedo reacondicionarlos. Los que son de palos, los quitaré algún día y sembraré algo.

Reforma de la PAC

La Unión Europea (UE) ha aplicado en este 2023 la que se considera la reforma agraria más ambiciosa de su historia. Todo desde un punto de vista ambiental, y la segunda más profunda en cuanto a transformaciones en la gestión de los fondos que llegan de las arcas comunitarias.

La nueva PAC llega tras un año de transición inédito por la crisis energética y alimentaria que desencadenó la guerra de Ucrania y en un contexto de inflación, especialmente en la cesta de la compra.

Entre las novedades, destacan el incremento de los objetivos medioambientales a la hora de distribuir los fondos para las ayudas y un diseño en el que los Gobiernos tendrán más responsabilidad porque cada país decide cómo aplica esta política mediante un plan estratégico nacional.

En España unas 658.000 personas trabajan en la agricultura y en la ganadería, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística del tercer trimestre, mientras que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) cifra en 630.000 los productores que podrán cobrar las ayudas.

Gracias a la PAC España recibirá 47.724 millones de euros entre 2023 y 2027, con lo que se convierte en el tercer país más beneficiado, por detrás de Francia y de Alemania; según el MAPA los agricultores percibirán 7.150 millones de euros anuales.

Para España, las subvenciones suponen el 20 % de los ingresos agrarios.

La PAC tiene dos pilares, el primero de apoyos directos y medidas de mercado, y el segundo, dedicado al desarrollo rural, con programas cofinanciados por los Estados miembros para potenciar en el campo actividades distintas o complementarias a la agricultura.

El montante español para el campo supera los 50.000 millones de euros si se cuenta dicha cofinanciación.

Comunidad de Regantes de la Acequia Gorda

La Acequia Real o Gorda del Genil se encuentra enclavada en la Vega de Granada dentro del conjunto geológico de la Depresión de Granada. Los propietarios de las tierras o arrendatarios de las mismas, regadas por La Acequia, vienen constituyéndose de antaño en la Comunidad de Regantes de La Acequia Real, que, documentalmente, se construyó entre los años 1.073 a 1.090, aunque su construcción se presupone anterior a esta fecha.

En la actualidad, cuenta con 1.200 partícipes o comuneros. El área regable se extiende por los municipios de Granada, Maracena, Atarfe, Albolote y Santa Fe. Esta superficie ha ido variando a lo largo de los años, siendo hoy día 2.000 hectáreas las que aprovechan el agua que transporta la Acequia Gorda.

– ¿Cuál es el transcurso de la Acequia Gorda?

– Pues, actualmente, estamos metiendo la conducción nueva por todo el centro de Granada. La antigua Acequia Gorda, que cruzaba toda la capital, ha ido por el centro y sale en el Paseo del Salón, concretamente en la cuesta de Los Molinos. Entonces, cubrimos desde la zona del Neptuno hasta allí arriba. Ahora estamos haciendo una conducción nueva que está pegada a la autovía, que llega hasta Maracena y Atarfe. Se ha modernizado porque antes iba por La Chana.  Estamos metiendo las tuberías por medio de la canalización. La acequia antigua, como va pegando a las casas y sótanos, provocaba muchas filtraciones. Se hacían bloques pegados a la acequia y eso provocaba inundaciones que hacían que cortaramos el agua y eso afectare a nuestros cultivos. 

– ¿A cuánto asciende el presupuesto de esta obra?

– Nos estamos gastando 3 millones de euros para meter una tubería hasta la carretera de la Sierra Nevada, al lado del hospital Vithas. Hemos levantado 13 metros para meter los tubos, empujarlos y soldarlos. 

– ¿Las instituciones os ayudan?

-El Ayuntamiento para esto es cierto que no nos ha puesto muchas complicaciones. Luego, en el Cuartel de Las Palmas, han aparecido restos históricos y no nos permiten trabajar por esa zona hasta que se esclarezca todo y nos digan por donde lo reconducimos. 

– ¿Cada cuantos días soléis regar los cultivos y de dónde procede ese agua?

– Normalmente, habiendo agua, se riega cada 8 días. El agua nos llega desde el pantano de Quéntar o de Canales. La cogemos en la presa de La Inmaculada o en la presa Real hasta la Acequia Gorda, que es desde donde empieza. Empezamos a regar desde Cenes hasta Pinos Puente. Todo eso es lo que aglutinamos desde la Acequia Gorda. 

– ¿Cómo es compaginar el campo con los cargos que ostentas?

 – Yo tengo una junta de Gobierno, pero lo superviso todo. Tengo 4 empleados en la comunidad. 3 de ellos se encargan del riego y el otro se encarga de la oficina. En verano necesitamos a alguien por la mañana, tarde y noche. Debemos tener el agua controlada siempre. 

– ¿En época de sequías os intentan robar?

– Si. Hay comunidades que no tienen tanta agua y eso provoca que a veces echan mano de la nuestra. Nosotros todos los años pagamos un canon. Eso va en función de las hectáreas que tengas y de la antigüedad que tenga cada una. Si eres ahorrativo te quitan. La comunidad nuestra tiene documentación del siglo XI. 

– Para finalizar, ¿Dentro de la Comunidad de Regantes hay unión?

– Cada uno tiene sus necesidades, aunque es cierto que luego tenemos cosas comunes. Por eso creamos el sindicato central. Ciertas peticiones las hacemos en conjunto y luchamos por ellas, pero en algunas otras depende de cada agricultor y lo que le interese a sus cultivos. Por ejemplo, ahora mismo quieren quitar la clapeta del río, quieren naturalizarlo. A nosotros nos parece muy bien, pero esas clapetas se hicieron con una intención pero empezaron con estaba feo, olía mucho… Y tienen razón. Si quitan el de la zona de la Inmaculada, la Vega desaparece. Ya depende de esta forma de cada uno, algunos le afectan más y a otros menos.

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