La figura de Matteo Tognozzi se enfrenta a un historial poco rentable en lo deportivo para un club que suele acudir al mercado invernal con poco acierto
Para el Granada CF acudir al mercado de invierno, no siempre sale rentable. Esta afirmación se vuelve constatable echando la vista atrás. Las últimas ventanas de transferencias invernales han estado plagadas de jugadores que no solo no han dado el nivel esperado, sino que apenas contaron para los distintos entrenadores del club. Matteo Tognozzi, actual encargado de la parcela deportiva del Granada, se enfrenta a este feo historial de contrataciones invernales.
En la Gaceta de Granada hemos querido echar la vista atrás para analizar, mercado por mercado y fichaje tras fichaje, la historia del club en invierno. Vamos a comenzar tras el penúltimo descenso, es decir, el primer invierno en la penúltima etapa en Segunda División. Posteriormente, iremos recorriendo las temporadas de Diego Martínez, Robert Moreno, etc. hasta llegar al día de hoy.
El año de Oltra: Adrián Ramos, Agra y Hjulsager
Café para muy cafeteros. Y nunca mejor dicho. Aquel invierno, el de la temporada 2017, se produjo la vuelta de Adrián Ramos a Granada. O eso refleja el portal de transferencias Trasnfermarkt. El caso es que el colombiano había empezado la temporada ya en Granada, pero vaya usted a saber qué movimientos entre el club granadino y el Chongquing Lifang llevaron a Ramos de ida y vuelta de Granada a China en apenas un día. A efectos prácticos, no fue un fichaje de invierno, a efectos económicos, sí.
Al colombiano se sumaron Salvador Agra, procedente del Benfica, y Andrew Hjulsager, del RC Celta. Digamos que el portugués y el danés pasaron por Granada sin demasiado éxito. Cero goles y una asistencia entre los dos en quince partidos del luso y seis del nórdico en los cinco meses que estuvieron en nuestra ciudad. Por cierto, ambos llegaron el 31 de enero para empezar a sentar las bases de una costumbre que gusta por Granada.
Diego Martínez y sus milagros
La primera temporada de Diego Martínez en el banquillo nazarí terminó, como todos sabemos, con el ascenso de categoría. El club regresó a Primera División tras un año en el que solo CA Osasuna fue mejor que el Granada. Bernardo Cruz llegó desde Lugo para apuntalar la zaga (por cierto, a día de hoy vuelve a jugar en el Anxo Carro). Llegó también Dani Ojeda, tormento nazarí el año anterior en Lorca, procedente de un Leganés que estaba en Primera. Y también desde Lugo y con el fax echando humo (entró a las 23:59 y bastantes segundos del último día de mercado) llegó Ramón Azeez.
El año de la vuelta a Primera fue el mismo de la clasificación europea. El primer tramo de competición fue buenísimo, con el Granada tonteando con el liderato de La Liga allá por la jornada 8. Aun así, y como es menester en el fútbol moderno, la plantilla del Granada CF se retocó en el mercado de invierno. Dos de cal y dos de arena aquel año para el club. Vallejo cumplió de forma digna en el segundo tramo de competición y Dimitri Foulquier se convirtió en un hombre importante para Diego Martínez. Llegaron también Antoñín y Gil Dias (sed sinceros, ¿os acordabais de Gil Dias?).
El último año de Diego en Los Cármenes se jugaron tres competiciones y en las tres se rindió llegando o superando el objetivo. No sería, desde luego, por los fichajes de invierno. Tras la fase de grupos de la UEFA Europa League, la dirección deportiva del Granada CF realizó únicamente dos incorporaciones aquel enero. Una fue la de Adrián Marín, que pasó de no jugar en el Alavés a no jugar en el Granada. Y llegó también Domingos Quina. Los dos dejaron ‘highlights’ interesantes. El lateral, una asistencia a Molina para ganar en el Camp Nou. El centrocampista, dos golazos en dos partidos consecutivos que dieron falsas esperanzas al granadinismo.
El Granada CF y el mercado de invierno de Robert Moreno
El mercado de invierno de Pep Boada en su única temporada como director deportivo del Granada CF dejó unas sensaciones buenísimas. También es verdad que no tardaron demasiado en diluirse como un azucarillo. Lo más salvable de todo fue Myrto Uzuni, pero tuvimos que darnos cuenta en Segunda División de que el carismático albanés sabía definir. Lo de Arezo es todavía un melón por abrir, pero afronta una segunda etapa en Granada con la esperanza de la afición todavía en su espalda.
Petrovic siempre parecía que debía jugar más de lo que hacía, pero ni Moreno, ni Torrecilla, ni Karanka, ni Paco, ni Medina le dieron minutos. Por algo sería. Recientemente ha sido cedido a la Vojvodina de su Serbia natal. Aquel mercado de invierno se completó con las cesiones de Álex Collado, hoy llevándose la morterada en vete a saber qué país del mundo árabe, y Dani Raba, que jugó la friolera de 24′ vestido de rojiblanco horizontal.
El mercado de Paco, donde lo que prometía defraudó y el que no ilusionaba rindió
El mercado de invernal con Paco López al frente del Granada CF y Nico Rodríguez como director deportivo parecía brutal. Llegaron dos hombres llamados a hacer los goles que le dieran el ascenso al equipo. Shon Weissman venía de meterlos de todos los colores en Valladolid, y Famara Diedhou llegaba después de marcar gol en un Mundial. Pues llevan un gol en liga entre los dos. Y si quitas los tres primeros minutos del primer partido del israelí, ninguno. Por otro lado, Pol Lozano, que llegaba desde el RCD Espanyol, dejó un rendimiento bastante mejor del esperado.
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