La ciudad de la Alhambra contará con su propio mapa sonoro. Los investigadores del Centro de Instrumentación Científica (CIC), perteneciente a la Universidad, registrarán los sonidos de diversas zonas de interés granadinas para poder elaborar posteriormente un informe de explotación turística basado en el componente auditivo.
Para ello, los investigadores utilizarán un micrófono y una cámara de vídeo capaces de capturar sonido e imagen en formato 4K y 3D. El objetivo es registrar los distintos sonidos que se hallan en numerosos puntos como el Mirador de San Nicolás, la Plaza de BibRambla o el Paseo del Cenete.
Durante el Estado de Alarma ya se llevaron a cabo las primeras grabaciones en la red de Miradores creada por el equipo de Gobierno local. El más absoluto silencio presente aquellos días fue fundamental para grabar el sonido limpio y sin excesos de ruido en dichos puntos.
«La idea es que este proyecto despierte todos los sentidos que tiene la ciudad. Permite escuchar el sonido del lugar cuando no hay nadie, lo que es un recurso patrimonial importante, que se podrá escuchar desde cualquier dispositivo móvil. Es otra forma de conocer nuestro patrimonio», ha asegurado Manuel Olivares, edil de Turismo.
Colaboración especial de la ONCE para detectar los ruidos urbanos
Además, este proyecto, impulsado por el Ayuntamiento con un presupuesto inicial de 1.700 euros, tiene un fin solidario. La ONCE es una fundamental de este proyecto. En los próximos días, se sucederán nuevas grabaciones, que estarán integradas en paseos sonoros que realizarán los afiliados a dicha organización.
En cada parada del itinerario del paseo, las personas con ceguera parcial o total responderán un cuestionario acerca de los diversos sonidos que se pueden detectar a lo largo del paseo.
«Las soluciones técnicas de la legislación de ruido se concentran en reducir el nivel acústico, pero los decibelios no son malos por ser altos, sino porque las personas lo interpretan así», ha afirmado el profesor de Física Aplicada y miembro del CIC, Jerónimo Vida.
El objetivo de la investigación es «saber qué piensan las personas sobre los sonidos para poder hacer una traducción objetiva de algo que es algo subjetivo. De esta manera, el Ayuntamiento podrá tener los indicadores necesarios para mejorar la ciudad acorde a estos».
Necesidad de algunos, disfrute de todos
De esa manera, se van a realizar cinco rutas sonoras. Mientras que los paseantes resuelven los test, los técnicos investigadores captarán tanto el sonido como la imagen de los diversos parajes. Las grabaciones obtenidas se traducirán en un vídeo que se alojará en YouTube, a través del cual se podrá disfrutar de los sonidos autóctonos de los parajes granadinos. Además, será un dato vital para hacer de la ciudad un espacio más inclusivo.
«Que no haya contaminación acústica es importante. Cuando los ciegos nos desplazamos, nos basamos en lo que oímos, y no es malo que haya ruido. De hecho, necesitamos oír algunos ruidos: el de un coche, un semáforo sonoro, cuando se acaba una calle… Si el ruido es excesivo, nuestra orientación es mucho menor», ha explicado Margarita Martos, jefa de Servicios Sociales de la ONCE.
Este proyecto pretende ayudar a las instituciones a hacer de Granada un lugar más inclusivo…, pero también a relanzar el sector turístico explotando nuevas vías de disfrute de cada vez más y más llegados de fuera.
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