Ni siquiera el fútbol se libra de la pesadilla que le ha tocado vivir al conjunto de la sociedad contemporánea. La pandemia mortal de las tan trilladas y manidas películas norteamericanas salió de la gran pantalla el pasado mes de marzo para quedarse, dejando un gran rastro destructivo y desolador a su paso. Lejos de contenerse, a día de hoy el virus continúa propagándose sin freno en Granada, pero también en todo el país.
Paralizado el primer impacto, o eso creíamos, volvió el fútbol para entretener a los confinados con todo lujo de protecciones. La burbuja del fútbol se inmunizó contra un virus dispuesto a hacer dudar de todo a todos y dispuesto a detener la rueda del showbusiness, que sigue y sigue y que nunca se detiene. Precisamente, este domingo 31 de octubre seguirá rodando como si no pasara nada.
El Levante UD visitará el estadio de Los Cármenes para demostrar que puede cruzar perímetros sin ningún tipo de peligro para discutir el gran momento de forma y ánimo que atraviesa el Granada CF. «El Levante siempre es peligroso. Está consolidado en Primera. Tiene profundidad y jugadores que juegan bien en largo y corto: Bardhi, Rochina, Morales, Roger… Ofensivamente es de los mejores de la Liga», explica Diego Martínez, técnico del Granada.
A pesar de los halagos del gallego, los granotas no pasan por su mejor momento. Con cuatro puntos en seis partidos, los de Paco López son penúltimos, por lo que la sed de victorias debería aparecer ante los rojiblancos. «Acabamos de empezar la temporada y la tabla ahora no es importante. El Levante sigue con la misma idea desde hace varios años. Siguen el entrenador y la base de la plantilla. Será un partido difícil, ilusionante y complejo, pero bonito para competir», asegura.
Sea como sea, no se puede negar el gran inicio de este Granada que, por primera vez en sus 89 años de historia, sale a competir tres veces por semana ya como rutina de trabajo plenamente adoptada. «Es mejor no pensar mucho y adaptarse. Sin excusas y sin pensar en lo que no tenemos. Hay que agarrase a la motivación y a la ilusión. Todos queremos estar en la élite». Además, «ocho victorias, un empate y una derrota en once partidos es extraordinario. Lo firmo para toda mi carrera», confiesa el técnico.
El COVID19, al acecho
Tras Eindhoven, Getafe o Sevilla, lo único que parece capaz de frenar en seco a los rojiblancos es el propio COVID19. La situación en toda Europa está comenzando a descontrolarse como ya ocurriese no hace ni un año. Incluso dentro del mundo del fútbol lo han notado. «El coronavirus es lo que más nos preocupa. No ya como entrenador, sino como padre, hijo, nieto y ciudadano. Está afectando a todos. Somos unos privilegiados porque tenemos buenas condiciones, protocolos… Aún así, están cayendo personas cercanas. La sensación es de que está más cerca -el parón de la competición-. Es un terreno muy desconocido. Tenemos que estar preparados para todo».
La adaptación que pide Diego Martínez pasa, desgraciadamente, por tirar hacia adelante con lo que venga, sin mirar atrás. El espíritu de competición nunca se pierde, sino que se traslada a la vida cotidiana. En dicho entorno se halla todavía Roberto Soldado. El valenciano mantiene su aislamiento domiciliario a la espera de que su sistema inmunológico expulse el virus. «Está fantástico de ánimo. Sigue entrenando en casa y está deseando volver. Está orgulloso y disfrutando del equipo a través de la televisión».
Ese quizás sea nuestro último aliento. Confiar en que lo que suceda en el verde nos alegre la tarde, la semana y la vida. Así lleva siendo desde siempre. Desde que el único peligro era ver al delantero rival acercarse a la meta rojiblanca. El espíritu competitivo se traslada a lo cotidiano.
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