La vuelta al cole es siempre dura para los más pequeños. Pero también para los mayores. Los padres, en general, no terminan de acostumbrarse al llanto de los niños al entrar en la escuela. Sea su primera vez o sea su segundo año tras unas largas vacaciones, es evidente que el llanto casi siempre está. La psicoterapeuta Paola Roig ha escrito un post hablando de lo duro que es dejar a tu hijo llorando el primer día de cole y las opciones que se tienen para llevarlo mejor.
Paola Roig, en su cuenta de Instagram, ha desgranado las múltiples visiones que hay al respecto, dejando claro que no es el oro como reluce. ¿Es normal dejar llorando a tu bebé en el cole? «El primer día de escuela se vuelve a la mano dura. Al deja que llore y vete sin mirar atrás. Que es parte del proceso. Deja que llore, si en tres días se le pasa. Déjalo llorando, que luego seguro que estará bien», dice en el post. Previamente recuerda lo que muchas veces se ha recomendado y ha estado en el top de la crianza: «Primero nos vendieron el método Estivill. Déjalo que llore. Así se acostumbra. Se le ensanchan los pulmones. Si lo coges cuando te llama será un mimado. Se va a acostumbrar. Luego no sabrá lo que es la vida». Frases que se han hecho un hueco en muchas familias.
Sin embargo, la defensa de tratar al niño sin llanto de por medio, cobra fuerza en la psicoterapeuta que tacha de «violento» dejar al niño o a la niña llorando: «Lo siento pero no. Ya no trago más. Dejar a una criatura de 1, 2 o 3 años en un lugar que no conoce, con personas a las que no conoce de nada, el primer día que pone un pie en ese espacio, es violento», asegura. Y da las gracias a que, «poco a poco, va quedando atrás. La mayoría de nosotras sabemos que eso no ayuda a nuestras criaturas, sino más bien al contrario».
«También tenemos secuelas»
El polémico post y la consiguiente opinión no deja indiferente a nadie. Paola apunta a otras soluciones al conflicto que millones de padres y de hijos se encuentran a diario en el mes de septiembre. «Y me sabe mal si hiero sensibilidades. Me sabe muy muy mal si vuestra escuela no os ha dado otra opción. Si por vuestro trabajo no tenéis manera de acompañar a vuestra hija. De verdad que lo siento. Pero la solución no pasa por hacer ver que no pasa nada. La solución no pasa por seguir con la cadena de violencia. Por seguir alimentando la herida.
Nos suelen decir «nosotras también lo pasamos y no estamos tan mal». Pero eso es mentira. Claro que tenemos secuelas. Nos cuesta horrores acompañar nuestras emociones. Nos cuesta mucho comunicarnos. Y nos cuesta mucho más criar a nuestras criaturas con amor y respeto.
Basta ya de invisibilizar la violencia. Hoy muchísimos niños y niñas han llorado durante horas, desamparados, en una clase donde su maestra no tenía suficientes manos para atenderlos a todos.
No, la solución no es hacer ver que no pasa nada para sentirnos mejor. O decir que es parte del proceso. La solución es plantarnos. Luchar por adaptaciones dignas. Por ratios aceptables. Luchar por un permiso laboral que nos permita acompañar a nuestras crías.
Basta de violencia hacia las criaturas. Son niños, pero sienten. Son niños, pero se enteran. No es una tontería. Lo que les sucede ahora importa. Por lo que sienten en este momento y por lo que seguirán sintiendo cuando crezcan.
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