21 de octubre de 2024

El ascenso del Granada tendrá que esperar (1-3)

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Toni Juárez. Photographers Media.

Las historias que quedan en el recuerdo son aquellas que paran el tiempo en un momento determinado, las que congelan los sentimientos y se hacen realidad cuando alguien no lo espera. Si hablamos de fútbol, de ese deporte que mueve sentimientos, el Granada guardará para siempre la trigésimo séptima jornada de Liga, en Anduva, a orillas del río Ebro donde casi se alinearon todos los astros para que los de Paco López regresaran a Primera División tan sólo una temporada después de haber descendido. No era un milagro, era una realidad hasta el gol del Levante en el minuto 92 y de penalti.

Los goles de Antonio Puertas (qué monumento hay que hacerle) y el último de Bryan Zaragoza certificaron lo que al inicio de la tarde parecía una misión imposible con Levante, Las Palmas y Alavés ganando. A pesar de que los granadinistas estaban haciendo sus deberes, el resto, salvo el Éibar, también lo hacían. La tarde iba encaminada a que se dieran todas las carambolas posibles y a punto estuvo de suceder.

Un empate bastará para ascender en Los Cármenes

El empate del Mirandés, con uno menos, no amilanó a los de Paco López, valientes y bravos en la presión, con la procesión por dentro y empujados por centenares de aficionados que se cruzaron medio país para formar parte de la historia. Uno tras otros fueron llegando los goles, en Anduva y en el resto de La Liga Smartbank donde el empate de Ontiveros, del Villarreal frente al Levante dejaban en bandeja el sueño de Primera División menos de un año después de la fatídica tarde del 22 de mayo.

La celebración en la grada de Anduva era una realidad, los nervios en los banquillos, en las cabinas de prensa, en los transistores y en todo recóndito lugar de Granada. La fuente de las Batallas estaba a punto de recibir a un equipo que se lo ha ganado a pulso pero tendrá que esperar. Porque el ascenso está al alcance de la mano. Un empate en casa ante el Leganés será suficiente, haga lo que haga el resto de equipos y ahí, en siete días, será imposible no celebrar lo que se han ganado a pulso y el río Ebro no pudo contemplar.

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