La crisis que ha provocado el COVID-19 ha calado hondo en la sociedad española. Muchos aspectos de nuestra vida han sido tocados de manera agresiva y fuerte por este virus mortal. Sin duda el lado familiar es el que más daño ha recibido, con seres queridos manteniéndose distantes durante el confinamiento. El 18 de mayo la provincia entró a la fase 1 y con ello llegó la posibilidad de los reencuentros familiares.
Parece una ironía cómo algo que te aleja de tu familia puede acercarte más a ella. Jorge Ruiz es un granadino nacido en Pinos Puente, un pueblo a 20 minutos de la capital. Durante la cuarentena, Jorge tuvo que quedarse en su residencia capitalina y fueron casi dos meses en los que no pudo convivir con sus padres.
Jorge nos abrió las puertas de su hogar ubicado en el centro de la ciudad granadina para contarnos un poco de su historia durante este confinamiento.
Sentado en su ordenador con una voz entrecortada y el chándal de su equipo favorito, Jorge recuerda cómo inició toda esta pesadilla que nadie esperaba. «Mi domicilio está en Pinos Puente y ahí viven mis padres. Toda la situación del coronavirus y del estado de alarma me pilló en Granada. Decidí quedarme por responsabilidad, mi madre trabaja en una residencia de mayores y mi padre en un centro de salud. No me parecía adecuado ir a mi casa porque podría trasladar el virus».
«Creo que ha sido una situación muy complicada, para la que no estábamos preparados ninguno, ni sanitarios, ni población, ni los estamentos que deberían haberse encargado de que no afecte a tanta gente», afirma Jorge acerca de la situación que ha paralizado al mundo entero.
A pesar de todo esto, la sociedad granadina empieza a salir de esta situación tan irreal poco a poco. «Al final con las medidas que se han tomado y con la responsabilidad de la sociedad se está consiguiendo salir, aunque tuvimos que estar confinados por dos meses».
El lunes 18 de mayo de 2020 será una fecha especial para la familia Ruiz Olmo. Jorge nos cuenta cómo ha sido el reencuentro con sus padres. «Lo definiría como una situación extraña, un reencuentro raro. Cuando llegué a casa lo único que quería era abrazarlos, pero claro, en estos momentos es algo imposible. Por desgracia solo he podido verlos dos veces en estos últimos meses, lamentablemente fueron por situaciones muy tristes. Durante la cuarentena tuve que regresar a mi pueblo a enterrar a dos familiares. Fui sin poder abrazar a nadie, manteniendo la distancia y con mascarilla, una situación rara. Me regresé a Granada porque creí que era lo más adecuado. Encima mi madre dio positivo en el inicio del estado de alarma y no me parecía correcto quedarme en casa».
Jorge sabe que todas estas vivencias han reforzado su vínculo familiar: «En mi caso puede salir doblemente reforzado, al final el distanciamiento lo que provoca es el efecto contrario, si a eso le sumas dos golpes tan fuertes como pueden ser dos fallecimientos de personas de familiares cercanos, lo que puede hacer es que la familia se una más».
A su regreso al pueblo, Jorge pudo percatarse que las cosas no serán iguales por lo menos en un buen tiempo. «De momento sí estamos viendo que está influyendo mucho y empieza a cambiar la forma de actuar de la mayoría de la gente. Yo mismo cuando me he reencontrado con mis familiares y amigos, como mucho hicimos el famoso saludo de codo, pero ni abrazos ni besos. Ha influido en el distanciamiento entre la gente, sobre todo en eso, pero espero que con el paso del tiempo podamos recuperar la normalidad de antes».
Ruiz también trabaja como jefe de prensa de la Fundación CB Granada, al que también ha afectado el virus. «De momento lo que más ha influido es en la cancelación de la temporada, la oficina está cerrada, todos estamos en casa, incluso los jugadores. No sabemos cuándo podrá arrancar la próxima temporada. Se habla de empezarla en octubre o noviembre sin público, o en enero, febrero con la gente en las gradas. No podemos saber nada por ahora, el club está trabajando para retomar la práctica con las categorías inferiores, se espera poder hacerlo en julio. Todo dependerá de los estamentos superiores, como el Gobierno central o que nos autorice sanidad para empezar los entrenamientos con la cantera».
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