El Hospital San Rafael, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Granada, potenciará este curso su área de Ética y Bioética con una mayor oferta formativa especializada para sus trabajadores, con el objetivo de reforzar la humanización de la asistencia.
La situación derivada de la COVID-19 ha supuesto un nuevo punto de inflexión y puesto de manifiesto la necesidad de ahondar en la protección de los derechos de la persona enferma y acogida, promover aún más la humanización de la asistencia y facilitar el proceso de decisión en casos de conflicto ético. “Todos esperábamos que esta situación fuera pasajera dentro de la gravedad. Sin embargo, con el paso del tiempo hemos visto que tenemos que dar respuesta a nuevas circunstancias y realidades tanto para pacientes, usuarios y profesionales, que antes no existían», explica el director de enfermería y miembro del Equipo Local de Bioética del Hospital San Rafael, Francisco Javier Capilla.
A través de su Equipo Local de Bioética el centro impartirá más formación especializada a sus trabajadores enfocada al asesoramiento, sensibilización, formación, difusión e investigación sobre los asuntos relacionados con la materia. Este comité de expertos compuesto por diez profesionales de diferentes ámbitos sociosanitarios, y todos ellos con formación especializada en el ámbito de la bioética, fue creado hace más de 25 años.
Ética médica como estandarte
El director del departamento de Ética de la Orden en España, José María Galán, ha puesto en valor la existencia de estas comisiones en los centros “ya que la Orden desea ofrecer un asesoramiento ético cualificado a usuarios y profesionales para que se garantice la buena actuación profesional, la calidad y la humanización de la asistencia propias de la Hospitalidad, que nos guía como valor fundamental de la institución.”
Además, la Orden en Andalucía cuenta desde el año 2000, con un Máster Propio en Bioética y Humanización de la Asistencia, título propio de la Universidad de Sevilla, cuyo objetivo es capacitar a los profesionales sanitarios y de los servicios sociales con habilidades prácticas para reconocer los aspectos éticos de su práctica profesional, sabiendo identificar los conflictos morales y los valores en juego en dichos conflictos.
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