Pocos días restan para el debut oficial del Granada CF en una competición continental. Será en la UEFA Europa League donde el conjunto rojiblanco rubrique sus casi 90 años de historia. Un premio después de tantos años bregando en el albero de los campos más inhóspitos de toda la geografía nacional.
El próximo jueves 22 de octubre a las 18:55 horas ya no habrá albero, sino la hierba más verde que se pudo obtener. El PSV Eindhoven, todo un campeón europeo, será el primer contrincante oficial del Granada en el torneo. Con el hoy entrenador del FC Barcelona, Ronald Koeman, en el centro de la zaga, el cuadro holandés doblegó al Benfica en la tanda de penaltis para hacerse con la Copa de Europa de 1988.
Previamente, el PSV, con Guus Hiddink como entrenador en el banquillo, había derrotado al Real Madrid de la Quinta del Buitre en semifinales. Linskens igualó para los visitantes el tanto inicial de Hugo Sánchez en el partido de ida del Santiago Bernabéu. El marcador ya no se movería más, ni siquiera en el de vuelta celebrado en el holandés Philips Stadion, el mismo feudo que pisarán los rojiblancos de Diego Martínez en el choque inaugural de la Europa League.
Por el valor doble de los goles anotados como visitante, los holandeses dejaron a los merengues sin su ansiada Copa de Europa. Los Butragueño, Hugo Sánchez, Valdano o Santillana no la olieron nunca y se tuvieron que contentar con dos Copas de la UEFA. Sin embargo, la ‘vendetta’ se sirvió fría 24 años después.
Mestalla dictó sentencia
Tras dos años en el Getafe, Roberto Soldado cambió el Coliseum por Mestalla. El ariete valenciano llegaba al Valencia en 2010 y en el mejor momento de su carrera tras haber anotado 20 goles en 32 partidos entre Liga y Copa en su última campaña como azulón.
A la temporada siguiente, el hoy ariete granadinista pudo honrar la caída de los blancos en marzo de 2012. El PSV Eindhoven visitaba la capital valenciana para medirse al cuadro ‘che’ en la ida de los octavos de final de la Europa League. Un Valencia con Albelda, Diego Alves, Piatti o Mathieu entre sus filas demostró su superioridad de forma clara y notoria. A los 56 minutos, el electrónico marcaba 4-0.
Roberto Soldado, como es habitual, no pudo mantenerse al margen. A los 13 minutos, persiguió un balón de Barragán y forzó el error del zaguero, que introdujo el balón en su propia portería para hacer el 2-0. Media hora después, sería Soldado el encargado de transformar un penalti. No falló y mandó la pelota al lado opuesto donde se lanzó el meta sueco Isaksson para ampliar la ventaja.
Aunque los rojiblancos consiguieron recortar distancias con dos goles al final del choque, para los valencianistas aquel triunfo sucedido un 8 de marzo supuso el pistoletazo de salida de sus habituales e incendiarias Fallas.
Para el madridismo, no hubo más fiesta que la de haber saldado una deuda. Roberto Soldado fue el verdugo de aquel PSV, que terminó de perecer en Eindhoven empatando a uno ante los ‘che’ en la vuelta. Un verdugo con pasado madridista y presente rojiblanco. No el del PSV, sino el del Granada, aunque el coronavirus le obligue a rememorar las hazañas del pasado desde el sofá de casa.
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