No fue la tarde del Granada. Tampoco la del Villarreal. Una tarde que bien se sentía como europea al inicio, con dos equipos defendiendo su candidatura para jugar los jueves la temporada que viene. Pero se quedó descafeinada la tarde. Quizá por eso de salir al verde prácticamente tres veces por semana. Seguro por la incomparecencia de los fieles de Los Cármenes, como dijo Anquela.
El choque comenzó animado, como suele acostumbrar el conjunto de Diego Martínez. La posesión rojiblanca se movía con rapidez hacia las bandas, buscando la llegada y posterior centro de los laterales. Todo completamente normal hasta que llegó el mazazo. La torta de realidad que reciben los pobres cuando intentan comer del plato de los ricos.
Gerard Moreno recibió un magnífico envío desde la derecha de Rubén Peña, se internó en el área y se plantó cara a cara con Rui Silva. El resultado no pudo ser otro que el esperado por el actual ‘Zarra’ de la liga. Con el exterior de la bota colocó el balón lejos del alcance del guardameta portugués del Granada, ajustado al palo largo, para hacer su duodécimo tanto del curso. Golpeaba primero el Villarreal en el primer acercamiento a portería presumiendo de efectividad, ese rasgo tan característico de los locales a lo largo del campeonato.
Puede que Europa sea una meta demasiado alta para un Granada que se vino abajo con el tanto del ‘submarino’. Poco antes la había tenido Soldado en una ocasión aún más clara, pero una mano espectacular y salvadora de Asenjo evitó el gol a bocajarro a centro de Puertas. Se repite hasta la saciedad que el fútbol son detalles. Si olvidas la premisa, acabas maldiciendo tu mala memoria.
Ya se maldecía el propio Diego Martínez en el banquillo rojiblanco. El técnico miraba con resignación el paso de los minutos, sabedor de que el camino se volvía a poner cuesta arriba. Los tres últimos partidos ligueros en los que su equipo venció en Los Cármenes fueron mediante remontadas. Por tanto, tocaba aferrarse a la estadística. Y a la esperanza, pues la realidad no auguraba un buen final.
Un Granada precipitado y fallón
El Granada perdía la pelota una y otra vez sin llegar a amenazar la portería visitante. La precipitación se había adueñado de los rojiblancos, que no tenían el aliento de las dieciocho mil almas habituales. Fede Vico no conectaba ni con Carlos Fernández ni con Soldado. El equipo se resignaba a mandar balones largos que morían ante Albiol y Chakla, debutante en el campeonato bajo las órdenes de Calleja. El tanto de Moreno había dejado helados a los locales. Normal por otra parte, pues las aguas del Mediterráneo no bañan toda Europa.
El Villarreal tampoco es que apabullase. Simplemente, cumplió con su cometido. Encontró un gol a la espalda de Neva y Duarte, y se limitó a no conceder ante un rival que se relame cuando los controles contrarios quedan largos. Aún así, dispuso de un disparo de Ontiveros que se estrelló en el larguero tras pegar en la espalda de Víctor Díaz. Rui Silva se quedó clavado ante la parábola tan endiablada que cogió la pelota y suspiró después del susto. Como el Granada, nada podía hacer por cambiar el devenir. No fue la tarde.
Diego Martínez notó la falta de colmillo de sus jugadores y movió ficha. De nuevo, con la esperanza de ser esta la ficha adecuada para ganar la partida. Dio entrada a Machís en la segunda parte y el Granada pareció despertar, pero la anestesia todavía duraba. El Villarreal controlaba los tiempos, el juego, y no sería hasta la recta final cuando el ‘submarino’ tendría que esquivar más torpedos.
El perdón de Alcácer
Por otro lado, anteriormente podría haber llegado el jaque mate. Alcácer, que había entrado en la segunda parte, mandó a las nubes un pase de la muerte de Moreno. Calleja debería estar que trina, pero más incluso el entrenador granadinista. La jugada había nacido de un saque rápido del Villarreal que había dejado al descubierto el agujero atrás de medio Granada. Un error frecuente durante el partido pero, extraño durante la temporada.
De todo probó el Granada y hasta el final. Disparos desde lejos, centros envenenados, pizarra pura y dura… Su eterna lucha. Pero el marcador no se movió y el Villarreal resistió los envites. Muy al final, prácticamente a pocos minutos del cierre, un chut de Puertas desde dentro del área rozó el palo izquierdo de Asenjo y hasta Rui Silva cabeceó un córner. En vano, al igual que otro intento de Alcácer que se marchó a las nubes. Un desperdicio idéntico al anterior del ex del Barça.
El Granada malgastó su oportunidad de dejar la tabla patas arriba y de dormir en puestos europeos. El Villarreal se llevó los tres puntos de un partido manso de cabo a rabo sin hacer nada del otro mundo. O quizá haciendo lo que tiene que hacer. Se adelantó rápido, cerró su portería y desquició al rival. ¿No les suena de algo?
FICHA TÉCNICA
GRANADA CF: Rui Silva; Víctor Díaz (Dimitri Foulquier, min. 83), Germán Sánchez, Domingos Duarte, Carlos Neva (Gil Dias, min. 77); Yan Eteki (Ramón Azeez, min. 60), Yangel Herrera, Antonio Puertas, Fede Vico (Antoñín, min. 60); Carlos Fernández, Roberto Soldado (Darwin Machís, min. 45).
VILLARREAL CF: Sergio Asenjo; Rubén Peña (Mario Gaspar, min. 80), Raúl Albiol, Sofian Chakla, Alberto Moreno; Vicente Iborra, Manu Morlanes (Zambo Anguissa, min. 55), Moi Gómez, Javi Ontiveros (Samu Chukwueze, min. 64); Carlos Bacca (Paco Alcácer, min. 55), Gerard Moreno (Santi Cazorla, min. 80).
MARCADOR: 0-1, Gerard Moreno (min. 10).
ÁRBITRO: Cuadra Fernández (colegio balear). Amonestó con tarjeta amarilla a los visitantes Alberto Moreno, Sergio Asenjo y Samu Chukwueze.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 30 de la Liga Santander, disputado en el estadio de Los Cármenes a puerta cerrada por la crisis del COVID19.
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