A menudo, cuando se habla de ambición en el mundo del fútbol, así como en el deportivo en general, se hace referencia a las grandes gestas. Ganar la Champions League, la Premier, el Mundial… Sin embargo, el palmarés no sólo entiende de los grandes campeonatos que traen consigo la inmortalidad.
Precisamente por eso, para ser inmortal, Julián Rubio (Montealegre del Castillo, 1952) decidió salir de España en busca de metales que poder colgarse al cuello y de los tesoros más preciados de medio mundo. Este entrenador albaceteño no aparecerá en el salón de la fama de la FIFA. Nunca lo pretendió. Pero la inmortalidad ya ha tocado a su puerta.
«En Bolivia gané la Liga y jugué la Copa Libertadores con Club Bolívar. Nos eliminó el Palmeiras en cuartos de final. En Honduras también fui campeón de Liga con el RCD España y en Albania gané dos Copas y dos Supercopas con el FK Tirana», relata el propio Rubio. Se trata de una parte de los éxitos de un técnico que se lanzó a abandonar su país en los años ’90.
«Es imposible que hubiera logrado algo de ese nivel aquí», asegura. Julián Rubio pasó muchos años en España entrenando a diferentes equipos de toda la geografía nacional, entre los que destacan el Sevilla FC, el Cádiz CF o el Albacete. Su Albacete. Sin embargo, lleva alejado de los terrenos de juego más de ocho años. Entonces, era el primer entrenador del Flamurtari FC de Albania, país que le ha brindado algunos de los mejores momentos de su carrera.
Albania, donde suena la música de los campeones
«Lo viví con mucha ilusión. Uno lleva mil años entrenando, prueba todas las categorías españolas y no se entretiene en casi ninguna. Y, de repente, llega a un país extranjero y, por el nivel, se hace con trofeos. Escuchar los himnos de la Champions League o de la Europa League o celebrar los títulos te da una motivación extraordinaria. Te hace querer seguir entrenando», confiesa.
Gracias a sus años en el país albano, Rubio es un gran conocedor de la Liga albana, así como del primer rival europeo del Granada CF: el KF Teuta. «El Teuta es un equipo que suele ser tercero o cuarto en la Liga. Este año ha ganado la Supercopa, algo que no es muy habitual. El Granada no debería tener muchos problemas ante ellos».
«Hay dos grandes diferencias entre el Granada y el Teuta. El Granada tiene más calidad y una mejor preparación. No es igual la preparación de un equipo español que la de uno albanés. En Albania no hay tantos medios, ni tanta información, pero en fútbol todo puede pasar». El ex entrenador del Tirana describe la Liga de Albania como «una Primera baja o una Segunda alta» a nivel europeo, aunque «tiene un nivel bastante bajo en comparación con España».
El fútbol albanés goza de una curiosa peculiaridad: el fluido tráfico de jugadores entre los distintos clubes que lo albergan. «Puedes tener una plantilla de 22 jugadores y siete se irán al Flamurtari FC, otros siete te llegarán del Teuta… Se van intercambiando para mantener la motivación del juego».
‘La piccola Italia’
Las aguas del mar Adriático separan Albania de la Península Itálica. Sin embargo, la distancia no supone un obstáculo para las relaciones entre ambas naciones. «En Albania gustan mucho los entrenadores italianos. Suelen venir muchos con poco curriculum para llenarlo aquí». Pero, la gran semejanza con Italia está en lo culiniario.
«Es muy común la gastronomía italiana. Los albaneses dominan cualquier tipo de pasta, de pizza… Y también tienen un gran pescado, que lo hacen generalmente crudo. Una vez llevé al Sevilla a disputar allí un amistoso y los saqué a cenar pescado a un precio inigualable. La vida en Albania es muy barata».
Volviendo al Granada, Rubio reconoce haberse maravillado con los rojiblancos de Diego Martínez. «La forma de jugar del Granada es muy buena. Me entretiene porque nunca da un partido por perdido o ganado. Luchan y trabajan hasta el final. Eso me entusiasma. Contra el Teuta no tendrá que temer excesivamente nada, sino que tendrá que aplicar su habitualidad».
Lo exótico de la lujuria
El deportista nunca pierde su instinto ganador. Rubio reconoce seguir teniendo «mono» de entrenar y que espera poder hacerlo. En el extranjero, por supuesto. «Fuera tengo las oportunidades de ganar títulos que no tengo en España. Antes de la pandemia estuve en negociaciones para entrenar a un equipo de Marruecos y a otro de Armenia».
Julián Rubio quiere seguir a la caza de títulos para alargar su leyenda. «Víctor Espárrago me dijo una vez que los buenos entrenadores son los que han tenido trayectorias largas. No he entrenado al Barça o al Madrid, pero por ejemplo soy el entrenador con más partidos del Albacete. Me considero un buen entrenador».
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