12 de mayo de 2025

La instalación de placas solares provocará la expropiación de miles de olivos en Granada y Jaén

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Foto: Cristina Ojeda

Varias provincias andaluzas se encuentran en el centro de una creciente polémica que enfrenta dos necesidades aparentemente contrapuestas: la transición energética hacia fuentes renovables y la protección del patrimonio agrícola tradicional. El proyecto de instalación de grandes plantas fotovoltaicas en terrenos actualmente ocupados por olivares centenarios ha provocado una fuerte respuesta de los agricultores afectados y ha encendido el debate político a nivel regional y nacional.

«No quiero ni dinero ni alquileres. Sólo deseo seguir con mis olivos, vivir de ellos como he hecho siempre», declaraba entre lágrimas Antonio Miguel, un agricultor que se ha visto obligado a arrendar sus tierras por miedo a perderlas, durante su intervención en el programa Espejo Público de Antena 3. Su testimonio ha dejado al descubierto el drama personal que viven muchos propietarios de olivares ante la presión de las compañías energéticas respaldadas por resoluciones administrativas.

Antonio ha recordado que algunos de sus olivos tienen más de trescientos años, árboles centenarios que han resistido el paso del tiempo, pero que ahora corren el riesgo de desaparecer bajo campos de paneles solares. «Lo llaman progreso, pero para nosotros es la destrucción de todo lo que hemos construido durante generaciones», lamenta.

Según explica, la Junta de Andalucía le planteó dos opciones: alcanzar un pacto con la compañía eléctrica o asumir la expropiación. «Nos dicen que es amistoso, pero si no firmas, te quitan la tierra. ¿Dónde está la libertad?», se pregunta y califica la situación como «una dictadura». El contrato de arrendamiento le dejará unos ingresos de alrededor de 3.000 euros por hectárea, una cantidad que, en su opinión, no compensa la pérdida emocional y simbólica.

Las administraciones han comenzado a notificar las expropiaciones forzosas de terrenos para desarrollar varios megaproyectos energéticos que, según denuncias de VOX en Granada, supondrán «arrancar de manera indiscriminada hasta 500.000 olivos» en la provincia. Según Manuel Gavira, portavoz de VOX en Andalucía, la densidad de la tala alcanzaría «unos 200 olivos por cada hectárea que se van a perder».

El contexto energético tras el apagón

La polémica surge apenas unas semanas después del apagón que afectó a varias provincias andaluzas y que puso de manifiesto la fragilidad del sistema eléctrico actual. Según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, «es imprescindible acelerar la implantación de energías renovables para garantizar el suministro y cumplir con los objetivos de descarbonización».

Este episodio ha servido como argumento para los defensores del proyecto, que sostienen que la instalación de placas solares en Granada contribuirá a reforzar la red eléctrica y prevenir futuros cortes de suministro.

Sin embargo, desde VOX, Manuel Gavira denuncia que esta proliferación de megaparques fotovoltaicos «no va a redundar en una mejora o en un abaratamiento del coste de la electricidad» y «no va a impedir que se produzcan apagones como el de hace unos días» que afectó a toda España.

El olivar: economía y cultura en peligro

El sector agrícola advierte que la pérdida de miles de olivos tendrá consecuencias devastadoras no solo para la economía local, sino también para el patrimonio cultural y el paisaje característico.

Un caso especialmente significativo es el de Lopera, municipio jienense de 3.500 habitantes que vive en un 90% del olivo. Según datos de la Plataforma Campiña Norte contra las Megaplantas Solares, los cuatro proyectos que afectarán a esta población ocuparán 426 hectáreas de olivar, lo que supone una pérdida de unos 42.600 olivos. «La pérdida irreparable de estos olivos centenarios supone la ruina de pueblos como Lopera, cuyos vecinos dejarán de ingresar, entre los jornales y la pérdida de venta de aceite de oliva, en torno a 3,1 millones de euros, el 25% de sus ingresos», relata Rafael Alcalá, portavoz de esta plataforma.

«Sin nuestros olivos, que nos acompañan desde hace más de 1.000 años, no hay aceite, no hay trabajo, no hay salarios, no hay vida en los pueblos y, desgraciadamente, no hay medio rural en las zonas afectadas», sentencia Natalia Corbalán, portavoz nacional de SOS Rural.

Los expertos señalan que muchos de estos olivares son de variedades autóctonas y algunos ejemplares tienen varios siglos, lo que los convierte en un patrimonio agrícola y cultural irreemplazable, hasta el punto que la zona afectada optó a ser Patrimonio Mundial de la UNESCO.

El impacto medioambiental

La Junta de Andalucía tendría que plantar 28,5 millones de árboles para compensar el CO2 que dejarán de capturar el medio millón de olivos centenarios que prevén arrancar en Jaén y Córdoba para instalar megaplantas fotovoltaicas, según denuncian las plataformas SOS Rural y Campiña Norte.

Esta cantidad contrasta con el anuncio realizado por el propio presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, quien aseguró en noviembre de 2024 que plantaría 1,5 millones de árboles en 2.500 hectáreas repartidas por todo el territorio andaluz para convertir a Andalucía en «referente» y «líder» en España en la compensación de emisiones de CO2.

«Es contradictorio hablar de descarbonización y de vocación medioambiental mientras arrasas con árboles con siglos de antigüedad, los mayores sumideros naturales de carbono que existen, para sustituirlos por hierros y cristal», reflexiona Natalia Corbalán, portavoz nacional de SOS Rural.

Según datos de la Universidad de Jaén y la Cátedra AOVES de Jaén, un olivo centenario captura 570 kilogramos de CO2 al año, mientras que un árbol recién plantado apenas absorbe entre 10 y 30 kilogramos de media al año, de acuerdo con la Fundación Aquae.

El enfrentamiento político

La situación ha escalado rápidamente al ámbito político. El portavoz del Grupo Parlamentario VOX en Andalucía, Manuel Gavira, denunció este jueves durante una comparecencia en Granada, tras reunirse con varias plataformas de afectados, los planes para «arrancar de manera indiscriminada hasta 500.000 olivos» en la provincia para la instalación de megaplantas solares.

«Nos hablan que van a arrancar unos 200 olivos por cada hectárea que se van a perder», advirtió Gavira, quien calificó la situación como un «coste medioambiental irreparable» al que se suma la pérdida de «empleo y riqueza» en la región.

El portavoz de VOX acusó directamente a PP y PSOE de estar «coaccionando» y «castigando» a agricultores y ganaderos con sus políticas medioambientales «para que no haya sector primario» en Andalucía. Aunque afirmó que en VOX «nadie se opone a las energías renovables», criticó que «se pueden poner las placas solares en tierras que no sean productivas», pero el «bipartidismo» está eligiendo tierras productivas porque «lo que pretenden y persiguen es que en Andalucía, en vez de una huerta de olivos tengamos una huerta de placas solares».

Por su parte, los partidos en el gobierno defienden que la transición energética es inevitable y beneficiosa a largo plazo, aunque reconocen la necesidad de buscar soluciones que minimicen el impacto sobre el sector agrícola.

¿Compatibilidad posible?

Algunos expertos proponen alternativas como la «agrivoltaica», un sistema que permitiría mantener parte del cultivo bajo las placas solares, aunque reconocen que esta solución tiene limitaciones técnicas en el caso del olivar.

Desde VOX insisten en que «nadie se opone a las energías renovables» y que apoyan «todo tipo de energía que nos garantice una soberanía energética, con la que no dependamos de terceros países», pero critican que los gobiernos de PP y PSOE «no son racionales» al no instalar las placas solares «en tierras que no sean productivas».

A la problemática de los olivos se suma, según denunció Manuel Gavira, otra «coacción» al sector primario andaluz: la no ejecución de infraestructuras hídricas «necesarias para que los agricultores tengan el agua que precisan». Como ejemplo mencionó a los agricultores de la Vega de Granada, a quienes «ya se les ha comunicado que no podrán sembrar este verano, a pesar de que venimos de un invierno donde ha llovido mucho».

Las plataformas SOS Rural y Campiña Norte contra las Megaplantas Solares han anunciado que el próximo martes, 13 de mayo, visitarán la «zona cero» de esta tala en Lopera (Jaén) junto a algunos de los damnificados. Al día siguiente, el miércoles 14, tras la solicitud de reunión realizada al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, acudirán a la sede del Parlamento de Andalucía para entregar las más de 36.000 firmas recogidas en la campaña «¡Salvemos los olivos centenarios de Lopera de ser talados para poner placas solares!».

¿Es justificable la expropiación forzosa? En esta situaciones se demuestra la falta de diálogo entre administraciones, empresas y los ciudadanos agricultores que permitiría explorar alternativas, como la agrivoltaica o la localización de parques solares en terrenos de menor valor agrario, que garanticen tanto el suministro eléctrico como la preservación de un patrimonio centenario. Solo así podría compatibilizarse la lucha contra el cambio climático con el respeto a las comunidades rurales que han construido con su trabajo buena parte de la identidad de Andalucía y no sacrificar otros valores ambientales, culturales y económicos igualmente importantes.

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