Uno de los monederos fue devuelto a su propietaria por una de las empleadas tras encontrarlo tirado en el suelo sin dinero.
Agentes de la Policía Nacional han detenido en Granada a dos presuntas carteristas, dos mujeres de 30 y 35 años de nacionalidad búlgara con antecedentes policiales, que formarían parte de un grupo criminal especializado en la sustracción de monederos y carteras. Tres son los monederos sustraídos, apoderándose de más de 1.000 euros.
Denuncias presentadas por las víctimas
Agentes de la Comisaría de Distrito Centro iniciaron la investigación tras recibir varias denuncias de mujeres a las que habían sustraído sus monederos al descuido mientras se encontraban de compras en establecimientos comerciales del centro de la ciudad. Los sucesos tuvieron lugar en horario comercial, tanto por la mañana como la tarde, aprovechando la mayor afluencia de personas.
Los dos establecimientos escogidos para perpetrar los hurtos se dedican a la venta de prendas de ropa donde las clientas suelen permanecer un tiempo y centran su atención en los objetos de su interés y en ninguno de los casos se percataron del momento concreto de las sustracciones ni de quienes habían sido los autores. Uno de los tres monederos recuperados se le entregó a su propietaria, conteniendo toda la documentación a excepción del dinero. El total de dinero que contenían los monederos sustraídos es de 1.050 euros.
Identificadas dos mujeres como las presuntas autoras de los hurtos
Una vez comprobadas las imágenes de las cámaras de seguridad de los comercios, los investigadores situaron a las víctimas y a las presuntas autoras en el mismo lugar y momento de los hurtos y las identificaron como dos conocidas delincuentes por haber protagonizado otros hechos de iguales características.
Las detenidas formarían parte de un grupo organizado que actúa de manera itinerante por zonas turísticas del levante y sur español, especializadas en el hurto al descuido tanto en la vía pública como en establecimientos comerciales. El modus operandi utilizado habitualmente por estas mujeres suele consistir en que una de ellas es la autora material, encargada de sustraer la cartera, mientras que la otra se ocupa de distraer a la víctima, repartiéndose las funciones indistintamente.
La dificultad que supone la investigación de este tipo de hechos radica en que no suelen existir testigos ya que ni siquiera las víctimas se percatan de su comisión debido al grado de especialización de las autoras, así como a que el lugar y momento exacto escogidos para actuar no suelen quedar recogidos por las cámaras de seguridad de los establecimientos.
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