Agentes de la Policía Nacional de Granada han detenido a un varón de 72 años con antecedentes policiales anteriores como presunto autor de la realización de empadronamientos falsos y supuestos contratos de alquiler en su domicilio, situado en la comarca de Alhama, a ciudadanos de nacionalidad marroquí en situación irregular a quienes también explotaría laboralmente con trabajos agrarios por los que percibían sueldos que rondaban la mitad del salario legalmente establecido. El detenido, que con sus acciones favorecía la inmigración ilegal, habría llegado a cobrar grandes sumas de dinero, de hasta 2.000 euros, por los falsos contratos de alquiler de su vivienda.
La investigación se inició al detectar multitud de empadronamientos en un mismo domicilio
La investigación comenzó en el mes de julio una vez que los agentes tuvieron conocimiento de numerosos empadronamientos de personas en un mismo domicilio situado en la comarca de Alhama. Se trataba de ciudadanos marroquíes en situación irregular en el país que se mantenían empadronados durante un largo tiempo en la misma vivienda. Los agentes constataron que desde 2017 el número de personas empadronadas llegó a sobrepasar la treintena. Asimismo, pudieron determinar que la persona que llevaba a cabo todos estos empadronamientos era el propietario y morador del inmueble en el que, al parecer, solamente residían él y su esposa.
Continuando con las gestiones pudieron localizar a varios ciudadanos procedentes de Marruecos que arribaron al país irregularmente y cuyo modo de iniciar los trámites para regularizar su situación y, además poder reagrupar posteriormente a sus familiares, comenzaba por demostrar su presencia en suelo español. El primer paso para ello requería estar empadronados en cualquier municipio del país.
Alquilaba un colchón por 100 euros al mes
La acción del detenido era fundamental para que los extranjeros pudieran justificar un domicilio para obtener sus tarjetas de residencia o para reagrupar a alguno de sus familiares a cambio de un beneficio económico. Él mismo se encargaba de realizar los empadronamientos ficticios en su vivienda en la que, en ocasiones, sí llegó a cobijar a alguno de los ciudadanos marroquíes aunque en condiciones que en absoluto cumplían con los requisitos de habitabilidad exigidos. Les alquilaba únicamente un colchón en una habitación situada en un anexo de la casa a cambio de 100 euros mensuales. Además, estas personas eran explotadas laboralmente en trabajos agrarios con amplias y penosas jornadas por las que percibían salarios que suponían la mitad de lo establecido legalmente.
Los investigadores consideran que el detenido también realizaba falsos contratos de alquiler de su vivienda a cambio de cantidades de dinero que oscilaban de unos casos a otros y que podían llegar hasta los 2.000 euros.
Los policías detuvieron al varón e informaron a la autoridad judicial correspondiente del resultado de la investigación.
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