La desescalada planteada por el Gobierno central presidido por Pedro Sánchez pretende garantizarla con los menores riesgos posibles para la ciudadanía. Sin embargo, pretende mejorar el bienestar social y el económico. Pero para poner en marcha las cuatro fases, habrá que cumplir con una serie de datos relevantes, confiables y comunes a todo el territorio, con un seguimiento continuo de la evolución de estos datos para reaccionar ante el riesgo cuando éste aparezca.
En el documento del Gobierno de España se apela a la responsabilidad y a la necesidad de auto protegerse y actuar con responsabilidad. Y se deja claro que no hay certeza alguna de cuándo un territorio (se hará por provincias) podrá pasar de una fase a otra. Y es que hoy por hoy, todo el país se encuentra en la fase cero, la de preparación de la desescalada.
Es importante saber que el avance en las fases dependerá de cómo progresen la epidemia y al mismo tiempo las capacidades sanitarias que tengan los territorios. Y todo ello dentro del marco de indicadores que reflejará el panel de indicadores. Cuanto mejores sean los datos, más rápido será el avance. Pero se advierte que puede haber situaciones en los que los pasos tengan que ser hacia atrás, no hacia adelante. Estas capacidades se dividen, al igual que las fases, en cuatro:
4 Indicadores para la desescalada
- Capacidades Estratégicas: Incluyen una asistencia sanitaria reforzada, un modelo eficaz y seguro de alerta y vigilancia epidemiológica. También una capacidad de detección y control precoz de las fuentes de contagio y un refuerzo de las medidas de protección colectiva.
- Indicadores de Movilidad: Es uno de los indicadores más complicados, se explica. Sobre todo por su relación directa con la probabilidad de contagio. El impacto del aumento de la actividad social y económica en la movilidad debe de ser sometido a un seguimiento constante y riguroso.
- Indicadores económicos: Atender la evaluación por sectores, en especial, aquellos con más capacidad de arrastre y los más duramente afectados por la crisis.
- Indicadores sociales: El impacto de la enfermedad, el confinamiento y la desescalada en los colectivos sociales más vulnerables, en particular mayores. Se incide en que se debe minimizar las brechas educativas, de ingresos, de acceso a oportunidades.
Pero además, todo este plan de desescalada tiene en cuenta los items de la Organización Mundial de la Salud (OMS) definidos el pasado 16 de abril:
1. Romper la cadena de transmisión detectando el mayor número de casos posible, tratando a las personas que presentan síntomas y aislando tanto a los enfermos coo a las personas que han estado en contacto con ellas.
2. Contar con recursos sanitarios suficientes para poder responder rápidamente ante los casos detectados y atender a los más graves.
3. Minimizar los riesgos en lugares con alto potencial de contagio como son los centros sanitarios y de cuidados, lugares cerrados y públicos donde se produzca una gran concentración de personas.
4. Establecer medidas preventivas en los lugares de trabajo y promover medidas como teletrabajo, el escalonamiento de turnos y cualesquiera otras que reduzcan los contagios personales.
5. Gestionar el riesgo de importar y exportar casos más allá de nuestras fronteras, para lo que recomienda la implementación de medidas de control y aislamiento para personas contagiadas.
6. Asumir la importancia de que todos los ciudadanos se muestren comprometidos con las limitaciones que se están adoptando y que comprendan que la contención de la pandemia, en buena medida, depende de ellos.
Con estas bases, la desescalada en cuatro fases será posible gradualmente, siempre que se vayan cumpliendo los indicadores marcados por el gobierno y los principios de la OMS. Además, el plan del gobierno especifica que «gran parte de las propuestas de las Comunidades» con las que se tendrá que coordinar dicha escalada. Un proceso gradual, asimétrico y coordinado con las Comunidades autónomas.
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