La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, ha visitado esta semana en Granada la sede de Calor y Café, que atiende diariamente a más de 400 personas y ofrece una amplia variedad de servicios y acompañamiento a sus usuarios.
La consejera ha estado acompañada por la presidenta de la entidad, Ana Sánchez Montoro, y otros representantes de la misma como Emilio Marín Del Moral y Manuel Cañigueral. Ha conocido de primera mano los recursos de Calor y Café, entidad que cuenta con más de cien voluntarios, 300 socios. El año pasado realizó más de 5.000 gestiones por parte de sus trabajadoras sociales.
En que consiste Calor y Café
Esta entidad presta distintos servicios. Entre ellos la atención social a personas sin hogar y familias en exclusión. Pero también servicios de lavandería y ropero. A su vez fomentan acciones socioeducativas. Tienen también servicio de duchas e higiene personal completa y reparto de alimentos. Además, dispone de dos pisos de transición a la autonomía, –uno para mujeres con niños y otro para hombres. Ofrece cuatro habitaciones dobles todos los días en una pensión para que las personas puedan estar una semana en ellas y descansar de la calle, por lo que este servicio se da por turnos. Sus programas solidarios se extienden incluso fuera de nuestras fronteras. Tiene en Amakuriat (Kenia) guarderías, escuelas, pozos, dispensarios, aportación de alimentación básica, entre otros recursos, que llegan a miles de personas.
Los origenes de la asociación
Ana Sánchez Montoro ha recordado que hace 34 años que se puso en marcha para ofrecer café y comida a las personas de la calle. A día de hoy cuentan con un local de 450 metros cuadrados. “Ha sido un camino difícil, duro, pero esto es un milagro”, ha enfatizado la presidenta de esta asociación. En 2022 contó con una subvención de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de 237.467 euros para el desempeño de distintos programas. Asimismo, la presidenta de esta entidad ha afirmado que el 80 por ciento de las personas sin hogar atendidas tienen enfermedades mentales pero ha insistido en el buen funcionamiento y clima que se genera en Calor y Café ya que “somos como una familia”. Hace más de 30 años Sánchez fue diagnosticada de una enfermedad terminal, sintió la necesidad de ayudar a los demás y decidió que su reto serían las personas sin hogar. Desde entonces hasta hoy, ha dedicado su tiempo, compromiso y ganas a conseguir mejorar la vida de los que peor lo están pasando.
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