Los dueños de los dos rottweiler que atacaron en octubre de 2022 en Armilla a una niña de cinco años y a su madre, que resultó herida grave en el forcejeo para salvar a su hija, se enfrentan a peticiones de hasta cuatro años de cárcel por delitos de lesiones por imprudencia grave.
El asunto ha sido investigado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Granada que, una vez finalizada la instrucción, ha procesado a la pareja propietaria de los perros y tanto la Fiscalía como la acusación particular han presentado ya sus escritos de acusación contra ellos de cara al juicio, que está pendiente de fecha, según han detallado a Europa Press fuentes del caso.
La Fiscalía solicita dos años de prisión para cada uno de los dueños por un delito de lesiones por imprudencia grave y la acusación particular eleva su petición a cuatro años. Si bien, esta no es la única causa que hay en los tribunales.
Suceso
Después de la agresión de Armilla, uno de estos perros volvió a atacar, en febrero de 2023, a otra menor a la que hirió de gravedad al morderle en la cabeza y la espalda cuando paseaba sin bozal por la localidad de Ventas de Huelma junto a su dueña, que lo sacó sin permiso de la perrera donde el animal había quedado a disposición judicial. También está investigada, junto al dueño de la residencia canina, por esta segunda agresión en una causa que se sigue en un juzgado de Loja.
La víctima del primer ataque en Armilla, que será el primero en llegar a juicio, declaró que los dos rottweiler salieron de una vivienda que tenía la puerta entreabierta y «engancharon» de la chaqueta a su hija, a la que mordieron en el brazo. Fue la madre, no obstante, quien salió peor parada, pues mientras forcejeaba con los perros la mordieron en el rostro, a escasos milímetros de uno ojo; en el glúteo y sufrió desgarros en una pierna. La mujer se ha sometido a cinco operaciones desde lo ocurrido.
Los informes aportados al Juzgado por el Seprona y la veterinaria designada judicialmente apuntaron la «peligrosidad extrema» de los canes, cuyo carácter los expertos calificaron de «incontrolado» debido al «deficiente adiestramiento» recibido por sus dueños, que nos les habían enseñando una «obediencia básica». Los canes tenían la vacuna de la rabia caducada y sus dueños no tenían permiso para poseer perros peligrosos.
El abogado de la víctima, Manuel Zurita, de Zurita Abogados, ha señalado a preguntas de Europa Press que sus clientes continúan «bastante mal» tras lo ocurrido. Madre e hija arrastran secuelas consolidadas, tanto fí
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