Corría el año 2017 cuando el Granada CF acababa de iniciar un nuevo periplo con el objetivo de obrar el regreso a Primera División. Después de una temporada nefasta en la élite, los rojiblancos, presididos por Jiang Lizhang y liderados en el verde por José Luis Oltra, afrontaban la difícil misión de lograr el ascenso.
La expectativa era gigantesca y los resultados acompañaron al equipo de Los Cármenes, al menos durante la primera fase del curso. En pleno mes de noviembre, el Granada visitó a la Cultural Leonesa en la décimo quinta jornada liguera. Mientras que los nazaríes gozaban de una posición comodísima en la zona noble de la tabla, los leoneses se exprimían al máximo para consolidarse en la categoría de plata y eludir el descenso, pues habían escalado hasta Segunda la temporada anterior.
El Granada logró un punto en su visita al Reino de León. La Cultural se adelantó gracias a un gol de Rodri Ríos, que llegaría en propiedad al cuadro granadinista el siguiente curso. El soriano le ganó un salto a Saunier, el único futbolista que continuó en el Granada tras el descenso, y cabeceó un balón aéreo a la red ante la estirada imposible de Javi Varas.
El Granada de aquella temporada ya estaba compuesto por la espina dorsal del actual ‘EuroGranada’. Víctor Díaz y Darwin Machis iniciaron el encuentro, y jugadores como Rui Silva, Antonio Puertas, Germán o Montoro esperaron su oportunidad en el banquillo. Un año después, cambiaron su rol a fijos en el Granada que sí logró el ascenso de la mano de Diego Martínez.
A diez minutos del final, Joselu Moreno recogió un centro de Machis, recortó al central e hizo el empate para los visitantes. El onubense cruzó la pelota ante el meta Jesús Fernández, otro ex rojiblanco. El Granada rascó un punto ante la Cultural. Un punto que le permitía mantener el ritmo en la zona de playoff, pero que sabía insuficiente ante la expectativa creada por el propio club de ocupar a toda costa una plaza de ascenso directo.
La avaricia rompe el saco
Precisamente, esa necesidad extrema de resultados en una liga tan igualada como la Segunda provocó el despido de Oltra como entrenador del Granada en la segunda vuelta. Tras tres derrotas consecutivas ante Nàstic, Lugo y Real Oviedo, la directiva rojiblanca decidió prescindir de sus servicios y ofrecerle el puesto a Pedro Morilla, entrenador del filial.
A partir de ahí, el Granada entró en una dinámica negativa donde los triunfos se contaron con cuentagotas. Otra mala racha se llevó por delante a Morilla y trajo a Los Cármenes a Miguel Ángel Portugal. El de Mambrillas de Lara nada pudo hacer en los últimos cuatro partidos para devolver al Granada a la zona de promoción.
Tras otro año en la picota, el Granada decidió cambiar el discurso. Contrató para la siguiente temporada a un entrenador con menos nombre y se entregó completamente a la filosofía del ‘pasito a pasito’. El resto de la historia se puede conocer visitando la Puerta de los Entrenadores de Los Cármenes.
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