Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada, la de Lyon en Francia y la de Western Cape en Sudáfrica han pronosticado con un modelo epidemiológico sencillo que la segunda ola de la pandemia de COVID-19 se extenderá hasta marzo con cerca de 55.000 víctimas mortales.
«En la primera ola se observó un comportamiento exponencial, aumentando las muertes diarias muy rápidamente; en la segunda ola el aumento no es exponencial, es mucho menos rápido, casi lineal, lo que augura que será una ola más larga, que se extenderá hasta marzo», explica el catedrático del departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Granada, José Enrique Amaro.
Sus cálculos hacen una proyección de 50.000 muertos para el 10 de enero y ha fijado el tope de la curva de fallecidos en marzo, con cerca de 55.000 víctimas, unas previsiones que podrían virar con nuevas medidas. «Las predicciones deben tomarse con precaución porque es imposible acertar al 100% con meses de antelación», advierte el experto, que actualiza los datos de la segunda ola en España y los analiza con los diferentes modelos.
Enrique Amaro desarrolló durante el inicio de la pandemia en España un método para analizar la evolución del coronavirus, con una fórmula que simplificó el modelo SIR que utilizan muchos científicos y con predicciones acertadas, y que luego extendió para calcular las muertes diarias.
Mismas tendencias de la primera ola
Este mismo experto ha sumado la colaboración de investigadores de la Universidad de Western Cape de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y de la de Lyon (Francia) para examinar varios modelos epidemiológicos utilizados para intentar anticiparse al efecto de la pandemia.
Según explica Amaro, el equipo modificó el modelo estadístico SIR para conocer la evolución temporal de las muertes sin necesidad de saber el número de personas infectadas, una cifra que no es fiable frente a la de fallecidos.
Los resultados de la investigación, que publica la prestigiosa revista Applied Mathematical Modeling, apuntan que para describir la fase final de la pandemia hay que sumar las variaciones temporales de los índices de propagación y de interacción atribuidos a medidas como las cuarentenas, el distanciamiento o las mascarillas.
Este modelo simplificado se ha utilizado para estudiar la curva de muertes diarias en los países europeos más afectados durante la primera ola de la pandemia y han permitido comprobar que se repiten las mismas tendencias, lo que sugiere un comportamiento universal del coronavirus.
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