La situación en Ucrania sigue dando de qué hablar. La invasión rusa de los territorios ucranianos continúa su curso y son ya varias semanas de guerra. Es obvio que de unos sucesos así no se puede sacar nada positivo, pero si acaso existiera, serían, sin duda, la inagotable ayuda que el pueblo ucraniano está recibiendo desde todos los puntos del continente europeo. Y nuestra ciudad, Granada, no es una excepción.
Colegios, parroquias, clubes deportivos… Son muchos los puntos de recogida de material para poder ayudar a los refugiados. Este medio ha podido hablar con uno de ellos, el Colegio Monaíta Mulhacén, representado en la persona de Alejandra Zapata, quien reconoce tener «un disgusto muy grande» con lo que se está viviendo. «El mundo tiene el corazón roto con la situación en Ucrania y queríamos ayudar», añade.
Antes de comenzar a relatar la historia de Fede, un ex alumno del colegio que se ha embarcado en una aventura de ayuda, Zapata deja claro que en el colegio «no imponemos nada, sino que dejamos que decidan si quieren ayudar o no». Para ello, cuenta la representante del colegio, «les aportamos la máxima información. Los alumnos investigan el motivo por el que estalló la guerra, pero también retrocediendo en la historia».
Fede y su viaje a la frontera ucraniana
Sea como sea, la ayuda que los alumnos y sus familias han decidido aportar ha sido «increíble». Y aquí es donde Fede, el ex alumno, entra en escena. «Se puso en contacto con nosotros diciendo que va a llevar dos furgonetas de Megasur, la empresa en la que trabaja, hasta la frontera de Polonia y Ucrania, llena de productos y materiales para los refugiados. Así pusimos en marcha una petición de ayuda con las familias. Nos ha desbordado, no os imagináis la oleada de cosas que nos han llegado al colegio. Ropa de abrigo, medicinas, alimentos, incluso dinero para poder comprar lo que se necesite. Ha sido increíble. Existe el caso de dos alumnos de segundo de bachillerato que han donado sus propios ahorros», relata Alejandra Zapata.
Fede emprendió el viaje el pasado viernes, día 11 de marzo. Desde su antiguo colegio, reconocen sentirse «tremendamente orgullosos» de él y del resto de sus compañeros. «Vino al colegio con un compañero a recoger todo el material. El abrazo que se dio con su antigua profesora de preescolar fue precioso», cuenta emocionada Zapata.
La iniciativa de Fede fue recibida con entusiasmo por las familias. «Es impresionante la cantidad de material donado y sé que están dispuestos a seguir colaborando de la forma en que se les pida. También hay quienes quieren ayudar con sus propios vehículos para hacer cosas similares a las que ha hecho Fede. Vamos a seguir con esta y otras iniciativas, que no quepa duda», prosigue la encargada del área de comunicación del Colegio Monaíta Mulhacén.
Por último, un deseo, que esto no quede en flor de un día. «Ojalá esto no sea como una botella de espumoso, que cuando la abres se va el gas y se acaba todo. La solidaridad y la ayuda tiene que ser algo constante ante situaciones así. Desde el colegio, desde luego, así va a ser, porque nos gusta ayudar en situaciones de guerra, pero también de paz».
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