22 de noviembre de 2024

La realidad geológica de Granada que explica los últimos terremotos

La abundante sucesión de terremotos producidos en la última semana ha sorprendido a toda la provincia de Granada. En total, se han registrado unos siete seísmos desde el pasado jueves 3 de diciembre, sucediéndose el último en la localidad de Jayena ayer martes 8 de diciembre. Unos se han sentido más que otros, dependiendo de nuestra ubicación, pero la verdadera pregunta es: ¿Por qué en Granada se ocasionan tantos movimientos sísmicos?

«Un terremoto se produce al liberarse la energía elástica que está acumulada en la Tierra. Cuando el terreno no puede acumular más energía, se rompe, desplazándose relativamente en dos bloques. Eso produce una falla, o bien provoca que se reactive una falla ya existente. De hecho, es más fácil que se mueva una falla anterior, porque es una zona de debilidad donde se pueden acumular menos esfuerzos», explica Patricia Ruano, profesora titular del departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada.

Según afirma Ruano, la provincia de Granada es una de las zonas de «mayor peligrosidad sísmica» de toda la Península Ibérica junto con la Región de Murcia. La razón de esta situación es la gran cantidad de fallas que presenta el suelo de la zona. «En la Cuenca de Granada existen una gran cantidad de fallas que, debido a su longitud, tienen un potencial sísmico moderado«, asevera la doctora.

Así, «cuando se mueve una falla -prosigue-, provocando un terremoto, hace que los bloques que se desplazan produzcan acumulación de energía elástica en otro lado, lo que puede provocar nuevos terremotos. Es como una pieza de dominó que empuja a otra». Sin embargo, no todos los seísmos terminan alcanzando una magnitud suficiente para ser detectados. De hecho, Ruano asegura que en el pasado se han llegado a registrar en Granada enjambres -series sísmicas- de más de un millar de micro terremotos que apenas se han dejado sentir por la población.

Localización de los últimos terremotos

Los últimos terremotos producidos en Granada habrían surgido en un sistema de fallas ubicado entre el nornoroeste y el sursureste de la provincia. «Entre Sierra Elvira y Dílar», revela la doctora. Estas mismas fallas fueron las que ocasionaron aquel terrible seísmo de 5 grados de magnitud que destrozó poblaciones completas de la provincia, como Albolote, Atarfe o algunos barrios de la capital en 1956. En total, se hallaron 12 cadáveres, 70 heridos y medio millar de edificios destruidos.

Afortunadamente, el mayor de los últimos terremotos ocurrido en Jayena no superó los 3’6 grados, por lo que no causó daños materiales ni humanos. Al parecer, tal y como apunta la profesora, este seísmo habría surgido a partir de una falla diferente, pues su localización tuvo lugar al sur de la cuenca granadina. ¿Puede afectar el medio ambiente y su evolución a la actividad sísmica de una zona determinada?

«El medio ambiente, entendido como cambios en la superficie de la Tierra de forma natural, no suele provocar terremotos. El clima y sus cambios no afectan a la sucesión de terremotos en una zona», relata Ruano. Sin embargo, la acción del hombre sí que puede. «Hay documentados diferentes micro-terremotos por acciones del ser humano, como el llenado y vaciado de embalses o la extracción de petróleo».

Predicciones

De cara al futuro, poder predecir cuándo y dónde se va a producir un terremoto podría ser esencial para garantizar la seguridad con antelación. Sin embargo, no parece que vaya a ser posible en un corto y medio plazo. «La Tierra y sus procesos son muy complejos, y por ahora no tenemos la capacidad para entender y calcular todos los procesos y parámetros para su determinación», indica Ruano.

Por otro lado, «sí que se pueden determinar las probabilidades, es decir, la probabilidad de que en un periodo de tiempo determinado se produzca un terremoto de una magnitud determinada». Es la única herramienta actual de una población que se ha acostumbrado a temblar en los últimos días.

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