
Foto: Cofradía de los Ferroviarios
Se acerca la semana más esperada para muchos granadinos. Apenas quedan 19 días para que comience la Semana Santa en Granada. Pero hace mucho que algunos ya se preparan con esfuerzo e ilusión para estos días. Miguel Fernández tendrá su gran momento el Viernes Santo con la salida de la Hermandad de los Ferroviarios, en concreto estará bajo la Virgen del Amor y Trabajo.
«Ser costalero significa estar cerca de nuestra Virgen y poder rezarle siendo sus pies por las calles de la ciudad», nos cuenta Miguel. Para él también representa un vínculo familiar: «Mi primo ha sido costalero muchos años y mis recuerdos son ir a verlo realizar la estación de penitencia». Su propia tradición comenzó temprano, «desde los 9 años empecé de costalero en el Cristo de la Juventud de Albolote».
Fe, tradición y sacrificio en la Semana Santa granadina
Los preparativos comenzaron en febrero con los primeros ensayos, aunque Miguel confiesa que emocionalmente se prepara todo el año. Cuestionado por los secretos para llevar un paso, Miguel lo tiene claro: «Uno de los secretos más importantes es llevar el paso con el corazón, tener fe y ser buena persona. Creo que no hay mayor secreto que ese, el creer en lo que estás haciendo y hacerlo con amor y fe».
El desafío físico, sin embargo, es considerable. «Hay que tener en cuenta que pasamos muchas horas en la calle y cada vez va pesando más debido al cansancio. También pasamos por calles empedradas o en cuesta, y tenemos que demostrar que nada nos para», explica.
Los momentos previos a la estación de penitencia están llenos de rituales. «El más bonito es hacer el costal con tus amigos antes de salir, es un momento mágico donde todos nos ayudamos», describe Miguel. En lo personal, siempre reza un Padre Nuestro antes de meterse en la trabajadera y se santigua tres veces antes de la primera «levantá».

Emoción a flor de piel
Miles de personas llegan a Granada para vivir la Semana Santa, pero lo que se vive debajo del paso es una experiencia única. «Escuchar los rezos de la gente hacia su Cristo o Virgen es una emoción que no se puede explicar. Para nosotros es acercarnos más a nuestra Virgen. Vivirlo con tus amigos en la trabajadera no tiene precio», reflexiona.
Los instantes previos a la salida concentran todas las emociones: «Piensas en tus familiares que ya no están entre nosotros y les pides que todo salga bien. No hay sensación que pueda igualar el estar saliendo del templo y solo escuchar nuestros pasos y el movimiento de los varales del palio, y que cuando estás fuera ese silencio se rompa por los aplausos de la gente y la marcha de la banda de música».
Para este año, Miguel tiene un mensaje que nos deja en La Gaceta de Granada y compartimos con él: «Que el tiempo nos respete y podamos disfrutar de todas las hermandades que hacen estación de penitencia, porque 2024 nos lo debe». Además hace una invitación a los granadinos: «Animar a los fieles a que vengan a ver a la Hermandad de los Ferroviarios con nuestro Cristo de la Buena Muerte y nuestra madre del Amor y Trabajo. Les prometo que no se van a arrepentir».
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