Empate sufrido y conseguido por los rojiblancos en los últimos instantes del choque entre Granada y Huesca. Los locales concedieron en demasía atrás, algo que no desaprovechó el colista de Primera. Al final, el corazón y el poderío a balón parado le bastaron al Granada para igualar un partido que perdía por 1-3 a menos de diez minutos para el final. Jorge Molina y Germán validaron la ‘eterna lucha’ ante la amenaza de Sandro, Mikel Rico y compañía para cortar la sangría de derrotas que los locales arrastraban desde el mes pasado.
Los nublos que tapan el amanecer en los últimos días no son solo climatológicos. El Granada vive los momentos más grises desde la llegada de Diego Martínez a su banquillo. El equipo rojiblanco encadena cuatro partidos consecutivos sin ganar en Liga, su borrasca particular. Más allá de los resultados, la espesura de su juego y la falta de ideas son lo que realmente preocupa de su mala dinámica.
Este Granada ha perdido brillantez, de eso no hay duda. Lo que antes se alojaba en el fondo de las mallas, ahora se topa con el poste antes de abandonar la órbita de la meta contraria. El despiste de antes, ahora acaba en castigo, y el ariete rival parece nacido en una fábrica alemana. Han sido muchos los varapalos que ha sufrido este Granada en noviembre y que no se deben pasar por alto: el confinamiento impuesto por LaLiga, el ritmo frenético de partidos jueves-domingo… Todo eso, sumado a un mal momento de forma, provoca que el Granada haya sumado un punto de sus últimos cuatro duelos ligueros.
Ante un necesitado Huesca, que no conoce aún el triunfo desde su regreso a Primera, el Granada se mostró frágil en defensa, como viene ocurriendo en las últimas citas. En la primera parte, la banda derecha de Foulquier volvió a ser una autopista. Javi Galán y Borja García hicieron cuanto quisieron sin encontrar una seria resistencia. Por el centro, Mir y, sobre todo, Sandro desquiciaron a los zagueros nazaríes, que aún andan un peldaño por debajo de su nivel habitual. El Granada se mostró lento en la presión y en el repliegue, como con una marcha menos. Como a nada de calarse.
Otra vez la ley del ‘ex’
El Huesca, bastante más fresco y engrasado, golpeó primero. Sandro caracoleó y se zafó de Eteki para terminar asistiendo con un gran centro a Mikel Rico. El ex granadinista, que tanto dio al club en su penúltimo ascenso a la élite, le ganó la posición a Gonalons y remató cruzado al palo largo de Rui Silva. Otra vez a remar, y es que el Granada está concediendo de más, algo que era impensable con la táctica de Diego. Nueve goles en los últimos tres encuentros son muchos para un equipo que aspira a ser eficaz y resolutivo con pocos recursos. Aun con la obligación de tirar para adelante frente a la adversidad, a los rojiblancos les faltó fluidez arriba. Tan solo Suárez se mostraba alegre en ataque, y de sus botas llegó el empate.
A pocos minutos del descanso, entre el colombiano y Puertas recuperaron un balón en campo contrario tras una pérdida de los aragoneses. Se la quedó el almeriense, que cedió al espacio a Suárez para que este igualara el marcador solo ante Álvaro. Fue de las pocas ocasiones a lo largo de los 90 minutos en las que la presión de los locales surtió efecto. Minutos antes, a nada se quedó el ‘9’ granadinista de quedarse a puerta vacía tras un mal envío atrás de Mosquera, pero el guardameta salvó la papeleta. Con el empate, parecía que la reacción del Granada sería inminente, confiando en el carácter de un equipo construido en torno a la proclama de la ‘eterna lucha’. Nada más lejos de la realidad.
Roberto Soldado y Yangel Herrera entraron para comenzar la segunda parte, puede que algo fríos, pero fue el venezolano el que destempló a una afición local resguardada en torno a las faldas del hogareño brasero, ese bendito invento que abandona el desván cuando los primeros copos de Sierra Nevada se hacen notar en la capital. A los tres minutos de la reanudación, Borja García se coló como Pedro por su casa dentro del área rojiblanca y remató a gol un centro de Ferreiro, uno de los jugadores más inspirados del día en Los Cármenes. La pasividad del propio Herrera al defender su desmarque revela el presente nazarí. Sin comentarios.
De nuevo, un nuevo error en defensa que les costaba caro a los de Diego Martínez. Al jarro de agua fría, el Granada intentó responder rápido y con determinación. Los rojiblancos subieron una marcha más en busca del empate y rozaron la igualada. Primero, Suárez con un remate que mandó la pelota muy cerca del poste de la meta oscense y con un cabezazo que vistió de santo a Álvaro con una mano milagrosa. También la tuvo de cabeza Soldado, cuyo chut se marchó incomprensiblemente muy desviado ante el gran envío de Milla desde el centro del campo. Poco después, Herrera pudo haberse redimido de su fallo si el palo hubiera introducido su lanzamiento en lugar de repelerlo.
Todo en contra
No le salía nada al Granada y, frente a esas ocasiones puntuales, el Huesca se mostraba cómodo en el césped. Míchel quiso apagar el fuego del Granada dando entrada a Ontiveros. El malagueño, con la frescura habitual de su papel de revulsivo y su hambre de triunfar en Primera, lideró al Huesca hacia su primer triunfo de la temporada. Encaró, la escondió y la repartió cuanto quiso. En una contra, Ontiveros atrajo a las piezas de Diego Martínez para después dejar solo a Doumbia, que desaprovechó el balón filtrado de su compañero estrellándolo en el lateral de la red del portero luso. Cumplido el 80’ y con un Granada volcado arriba, Okazaki mataría el duelo.
El japonés recogió un balón en la frontal, producto de una confusión entre un descolocado Rui Silva y Kenedy, y apuntilló a puerta vacía. Los de Míchel saborearon el néctar de los tres puntos por adelantado y lo acabaron pagando. Tanto perdonar, al final se paga. Pero es que el Granada también había perdonado. Por ello, pocos minutos después del tanto de Okazaki, Jorge Molina peinó dentro del área una falta lateral de Machis para recortar distancias. El Granada creyó más en los últimos instantes del choque que en todo el partido. Así, llegó el empate.
Esta vez fue Kenedy el que botó otro libre directo al punto de penalti. Germán llegó desde atrás como una exhalación, como Carles Puyol en Sudáfrica, y remató potente a la red. El capitán rojiblanco dio vida a los suyos y hundió a los visitantes, que habían echado a perder una renta de dos goles en menos de cinco minutos. El Granada tuvo la última en el 93’, pero el chut de Molina golpeó en el poste esta vez.
No tuvo suerte el Granada arriba a pesar de anotar tres tantos. Nunca el Granada de Diego Martínez necesitó marcar tanto para rescatar tan poco. Es más, al Granada más exitoso y alabado por todos le bastaba con solamente uno para derribar los muros contrarios. Entonces, el boquete lo tenía el rival y no al revés. A primros de diciembre, el Granada anda en la búsqueda de ladrillos y hormigón.
FICHA TÉCNICA
GRANADA CF: Rui Silva; Dimitri Foulquier (Quini, min. 78), Germán, Domingos Duarte, Carlos Neva (Jorge Molina, min. 78); Yan Eteki (Yangel Herrera, min. 45), Max Gonalons, Luis Milla (Robert Kenedy, min. 67); Antonio Puertas (Roberto Soldado, min. 45), Darwin Machis, Luis Suárez.
SD HUESCA: Álvaro Fernández; Pablo Maffeo, Jorge Pulido, Dimitrios Siovas, Javi Galán; Mikel Rico (Idrissa Doumbia, min. 63), Pedro Mosquera, Borja García (Dani Escriche, min. 86), David Ferreiro (Juan Carlos Real, min. 86); Rafa Mir (Shinji Okazaki, min. 63), Sandro (Javier Ontiveros, min. 70).
MARCADOR: 0-1 Mikel Rico (min. 20); 1-1 Luis Suárez (min. 42); 1-2 Borja García (min. 48); 1-3 Shinji Okazaki (min. 82); 2-3 Jorge Molina (min. 88); 3-3 Germán (min. 90’+3).
ÁRBITRO: Alberola Rojas (colegio manchego). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Dimitri Foulquier y Germán.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 12 de la Liga Santander, disputado en el estadio de Los Cármenes a puerta cerrada debido a la pandemia del COVID19.
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