Matías Arezo lo tiene claro, en su mente solo está el seguir con el Granada CF. El delantero uruguayo de 19 años, ha viajado a su país para pasar unos días tras el descenso del equipo y el fin de la temporada, y ha asegurado que “por ahora la idea es quedarme en el club”.
Arezo ha dado una entrevista a la cadena Teledoce donde ha repasado sus primeros 6 meses de temporada en España, en donde, asegura, que le costó el ritmo de partido, la velocidad y se tuvo que acostumbrar a pasar de ser figura a ser un jugador suplente. Pero sobre todo, se ha mostrado seguro al decir que tiene claro que seguirá en la ciudad de la Alhambra en Segunda División.
“Por ahora la idea es quedarme en el club, como llegue hace poco al club y firmé un contrato bastante extenso, o al menos por ahora nadie se ha contactado conmigo, entonces en mi cabeza está en seguir en el club”, ha asegurado.
Sobre pasar de ser figura de River Plate a ser un jugador suplente: “Estaba acostumbrado a jugar, que ya era referente y uno al ir a un club nuevo ya te va a costar desde el minuto 0 adaptarte a lo que es el club, que ya tiene su plantilla armada y obviamente te vas a sentir distinto”, ha comentado el charrúa, quien con el cuadro nazarí ha sumado 156 minutos en ocho partidos de LaLiga sin marcar anotación.
En sus apenas 6 meses el jugador ya ha sufrido lo que es un descenso, luego que el Granada CF no pudiera ganar en casa al Espanyol y certificará, en la última jornada y de manera dramática, el perder la categoría, una experiencia que lo ha dejado marcado.
“Fue algo distinto a lo que se venía viviendo, principalmente en River, que nunca lo viví. Me lo intenté tomar con la mayor madurez posible, es algo duro para un jugador de futbol y ahora se verá y esperemos poder subir lo más rápido posible”, ha valorado desde Uruguay.
El cambio de estilo y adaptación a España
Más allá de haber pasado de ser figura a ser un jugador suplente y tener pocos minutos, Arezo asegura que la velocidad del juego ha sido otro de los factores a los que tuvo que adaptarse.
“Los primeros días creo que ni tocaba la pelota, obviamente sabía que me iba a costar, que iba a llevar su proceso de adaptación”, ha dicho. «Cambia mucho la rutina, la velocidad de la pelota. La primera semana era imposible, parecía que no la veía, y después cambia la dinámica, los entrenamientos, las instalaciones, el cambio más abismal es lo estructural que es el club, que está todo el día pendiente de ti», recuerda.
«No hay una pausa de 10 segundos, se nota la dinámica diferente a la de acá (Sudamérica). Acá uno tenía un segundo más para respirar y te daba para recomponer y volver a pensar. Allá te distraes y ya pasó algo», ha asegurado sobre la diferencia en cuanto al estilo de juego. “Si demoras un segundo más en pensar, los demás ya pensaron y siempre vas un segundo tarde”, ha apostillado sobre una de las claves del juego en España.
Al delantero de 19 años le gusta la ciudad de Granada, y sabe lo importante que es el equipo para la gente, y asegura que los compañeros de equipo y su disciplina le hicieron más fácil su adaptación.
“Fue un cambio. Los jugadores cambian, el clima cambia, de vivirlo desde fuera cambia, uno lo siente, es complicado, ahí juega mucho lo que es la cabeza. La tranquilidad que le da a uno tener compañeros de la clase que había con humildades que uno quizá con la carrera que pueden tener no se lo imagina pero quieras o no eso respalda que al entrar 10, 15 minutos es parte de un proceso de adaptación”, ha analizado.
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